Categoría: Papa Francisco

26
Abr

“Recognitum librum VI”: Nuevo “Motu Proprio” del Papa Francisco

Vaticano.- El Pontífice firmó hoy la Carta Apostólica en forma de “Motu Proprio”, cuyo título es “Recognitum librum VI”, mediante la cual se modifica el canon 695 §1, del Código de Derecho Canónico La Oficina de prensa de la Santa Sede publicó la Carta Apostólica que el Papa Francisco firmó este 26 de abril en forma de Motu Proprio, cuyo título es Recognitum librum VI, y mediante la cual se modifica el canon 695 §1, del Código de Derecho Canónico. En el texto original, publicado en latín y traducido en lengua italiana, se lee: “El 1° de junio de 2021, con la Constitución Apostólica Pascite gregem Dei hemos promulgado el nuevo Libro VI del Código de Derecho Canónico, De sanctionibus poenalibus in Ecclesia”. En él se explica que “se han tipificado de forma diferente algunos delitos”, mientras “otros nuevos se han introducido” y, además, “ha cambiado también la sucesión de los cánones”. Y se indica que esto requiere una modificación para garantizar la concordancia con los cánones de otros Libros del Código. Por lo tanto, habiendo consultado al Consejo Pontificio para los Textos Legislativos y a la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, el Santo Padre Francisco establece que “el texto del canon 695 § 1 sea modificado de la siguiente manera: “Un religioso debe ser destituido de un instituto por los delitos mencionados en los cánones 1395, 1397 y 1398, a menos que, en el caso de los delitos mencionados en los cánones 1395 §§2-3 y 1398 §1, el Superior mayor considere que la dimisión no sea totalmente necesaria y que se pueda proveer de otro modo tanto a la corrección del religioso como a la reintegración de la justicia, o a la reparación del escándalo” De manera que el Pontífice ordena que lo deliberado con esta Carta Apostólica en forma de Motu Proprio sea firme y estable en su vigencia, sin perjuicio de cualquier cosa en contrario, aunque merezca una mención especial, y que se promulgue mediante su publicación en el periódico de la Santa Sede, L’Osservatore Romano, entrando en vigor en el día de la fecha, y que se publique después en el comentario oficial del Acta Apostolicae Sedis. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News26 de abril de 2022

25
Abr

Papa Francisco: urge una civilización del Amor

Vaticano.- En la mirada de nuestros hermanos, víctimas de los horrores de la guerra, leemos la necesidad profunda y apremiante de una vida marcada por la dignidad, la paz y el amor. Por eso “urge una civilización del amor”. El Papa Francisco lo repite a los participantes en el Simposio organizado sobre la figura del cardenal Suenens, recibidos en la mañana del sábado 23 de abril. “La vocación de la Iglesia es evangelizar; la alegría de la Iglesia es evangelizar”: el Papa Francisco lo subraya a los participantes en el Simposio sobre la figura del Cardenal Suenens, organizado por la Asociación Fiat, recibidos en el Vaticano este 23 de abril. A ellos recuerda que hoy, más que nunca, en este mundo secularizado, estamos interpelados a ser una Iglesia en salida: “necesitamos discípulos convencidos en su profesión de fe y capaces de transmitir la llama de la esperanza a los hombres y mujeres de este tiempo” afirma.  Urge una civilización del Amor Sucede que “las tragedias que estamos viviendo en este momento, en particular la guerra en Ucrania”, “nos recuerdan la necesidad urgente de una civilización del amor”, porque “en la mirada de nuestros hermanos y hermanas, víctimas de los horrores de la guerra, leemos la necesidad profunda y apremiante de una vida marcada por la dignidad, la paz y el amor”:  Como la Virgen María, debemos cultivar continuamente el espíritu misionero para hacernos cercanos a los que sufren, abriéndoles nuestro corazón. Debemos caminar con ellos, luchar con ellos por su dignidad humana y difundir el perfume del amor de Dios por todas partes.  No tener miedo a las crisis Aunque nuestra casa común está “sacudida por múltiples crisis” el Santo Padre alienta a “no tener miedo a las crisis”, porque ellas “nos purifican, nos hacen salir mejor”. Resulta necesario, eso sí, “construir una humanidad, una sociedad de relaciones fraternas y llenas de vida”, porque “el amor al otro por ser quien es, nos mueve a buscar lo mejor para su vida”.  Sólo en el cultivo de esta forma de relacionarnos haremos posibles la amistad social que no excluye a nadie y la fraternidad abierta a todos.  Dar testimonio de la ternura y la bondad de Dios Por eso el Papa Francisco invita a los miembros de la asociación ser testigos de la misericordia, la ternura y la bondad de Dios y los exhorta a dar, con sus palabras, acciones y testimonio, “un fuerte mensaje a nuestro mundo, tan pobre en humanidad”.  Que, a través de la oración y de la propia misión, – concluye- puedan tomar de la fuente del bien y de la verdad, y encuentren en la comunión con Cristo muerto y resucitado la fuerza para ver el mundo con una mirada positiva, una mirada de amor, una mirada de esperanza, una mirada de compasión y de ternura, con especial atención a los desfavorecidos y marginados. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News25 de abril de 2022

25
Abr

Papa Francisco: el Señor comprende nuestra humanidad, ¡invoquémoslo!

Vaticano.- Hay momentos difíciles, en los que parece que la vida desmiente a la fe, en los que estamos en crisis y necesitamos tocar y ver. ¡Señor mío y Dios mío! Las palabras del incrédulo Tomás, sobre todo cuando experimentamos dudas y oscuridad, son una linda invocación para repetir durante el día. Cuando lo hacemos, encontramos a Jesús, que desde los ojos de quienes son probados por la vida, nos mira con misericordia y nos repite: ¡La paz esté con ustedes! Es el domingo de la Misericordia, y hoy “el Señor resucitado se aparece a los discípulos”. A ellos, que lo habían abandonado, “les ofrece su misericordia, mostrándoles sus llagas”. Comienza así la homilía del Papa en el domingo 24 de abril. Los cantos en la Basílica de San Pedro resuenan por la Pascua del Señor, y Francisco habla del saludo del Jesús Resucitado a los discípulos; un saludo que se menciona tres veces en el Evangelio de hoy: “¡La paz esté con ustedes!” En los ojos de Jesús no hay severidad, sino misericordia La homilía del Papa recorre los sentimientos de los discípulos en la tarde de Pascua: encerrados en la casa por el miedo, también estaban encerrados en sí mismos, abatidos por un sentimiento de fracaso. Eran discípulos que habían abandonado al Maestro, que habían huido en el momento de su arresto. “Pedro incluso lo había negado tres veces y uno del grupo —¡uno de ellos! — había sido el traidor”. El miedo había prevalecido y habían cometido «el gran pecado»: dejar solo a Jesús en el momento más trágico. Antes de la Pascua pensaban que estaban hechos para grandes cosas, discutían sobre quién fuese el más grande entre ellos, y esas cosas. Ahora se encuentran, «tocando el fondo». En este clima, recuerda Francisco, “llega el primer ¡la paz esté con ustedes! del Resucitado”. Los discípulos deberían haber sentido vergüenza, y en cambio se llenan de alegría. “¿Por qué?”, pregunta el Papa. “Porque ese rostro, ese saludo, esas palabras desvían su atención de sí mismos a Jesús”. Los discípulos “se sienten atraídos por sus ojos, donde no hay severidad, sino misericordia”.  Cristo no les recrimina el pasado, sino que les renueva su benevolencia. Y esto los reanima, les infunde en sus corazones la paz perdida, los hace hombres nuevos, purificados por un perdón que se les da sin cálculos, un perdón que se dona sin méritos.   “Después de una caída, un pecado o un fracaso”, también nosotros «nos hemos sentidos como los discípulos aquella tarde», constata el Santo Padre. Pero “precisamente allí – asegura– el Señor hace ‘lo que sea’ para darnos su paz”: ya sea por medio de una Confesión, de las palabras de una persona que se muestra cercana, de una consolación interior del Espíritu Santo, de un acontecimiento inesperado y sorprendente, Dios se asegura de hacernos sentir el abrazo de su misericordia, una alegría que nace de recibir “el perdón y la paz”. Es importante, “hacer memoria” del perdón y la paz que recibimos de Dios, porque “nada puede seguir siendo como antes para quien experimenta la alegría de Dios”.  Testigos de estas palabras: ¡La paz esté con ustedes! En el segundo saludo, recuerda Francisco, el Señor agrega: “Como el Padre me envió, así yo los envío a ustedes». Les da a los discípulos el Espíritu Santo, para hacerlos ministros de reconciliación. «A quienes perdonen los pecados, les quedan perdonados». Ellos “no sólo reciben misericordia”, subraya el Santo Padre, “sino que se convierten en dispensadores de esa misma misericordia que han recibido”. Reciben este poder, «no en base a sus méritos, a sus estudios, no, no: es un puro don de la gracia, que se apoya en su propia experiencia de hombres perdonados».  Y se dirige a los Misioneros de la Misericordia: Si uno de ustedes no se siente perdonado, que se detenga y no sea misionero de la misericordia hasta que se sienta perdonado. De esa misericordia recibida serán capaces de dar tanta misericordia, de dar tanto perdón. Por eso “hoy y siempre”, afirma el Obispo de Roma, “el perdón en la Iglesia nos debe llegar así: por medio de la humilde bondad de un confesor misericordioso, que sabe que no es el poseedor de un poder, sino un canal de la misericordia, que derrama sobre los demás el perdón del que él mismo ha sido el primer beneficiado”. «No torturen a los fieles que vienen con los pecados» pide a los confesores, porque Dios «lo perdona todo». Porque «hemos recibido en el Bautismo el Espíritu Santo para ser hombres y mujeres de reconciliación”, debemos también «compartir el pan de la misericordia con los que están a nuestro lado”. Así, el Papa insta a preguntarnos:  Yo, aquí donde vivo, en la familia, en el trabajo, en mi comunidad, ¿promuevo la comunión, soy artífice de reconciliación? ¿Me comprometo a calmar los conflictos, a llevar perdón donde hay odio, paz donde hay rencor? ¿O caigo en el mundo de las habladurías, que siempre matan, siempre? Jesús busca que seamos ante el mundo testigos de estas palabras suyas: ¡La paz esté con ustedes!  He recibido la paz: la doy al otro. El Señor comprende nuestra humanidad, ¡invoquémoslo! La tercera vez que el Señor repite “la paz esté con ustedes”, lo hace para confirmar la fe tambaleante de Tomas que quiere “ver y tocar”. El Señor, recuerda el Santo Padre “no se escandaliza de su incredulidad, sino que va a su encuentro: ‘Trae aquí tu dedo y mira mis manos’”. No son palabras desafiantes, sino de misericordia. Jesús comprende la dificultad de Tomás, no lo trata con dureza y el apóstol se conmueve interiormente ante tanta bondad. Y es así que de incrédulo se vuelve creyente, y hace esta confesión de fe tan sencilla y hermosa: «¡Señor mío y Dios mío!» Porque en Tomás “está la historia de todo creyente, de cada uno de nosotros”, la invocación que hace ante el Señor podemos hacerla nuestra, y repetirla durante el día, sobre todo cuando experimentamos dudas y oscuridad. Jesús, en estas situaciones,

25
Abr

Papa Francisco: mejor una fe imperfecta pero humilde, que siempre vuelve a Jesús

Vaticano.- Jesús, el Resucitado, “sólo espera que lo busquemos, que lo invoquemos, incluso que protestemos, como Tomás, llevándole nuestras necesidades y nuestra incredulidad”. Lo repite el Papa Francisco en el Regina Coeli, comentando el Evangelio del día de hoy. Prometámonos, pide Francisco, «volver a buscar a Jesús». El Evangelio de hoy nos muestra la “crisis” de Tomás para decirnos que no debemos temer las crisis de la vida y la fe. El Papa Francisco lo repite antes de rezar el Regina Coeli, en el último día de la Octava de Pascua, tras la Santa Misa de la Divina Misericordia, comentando, como cada domingo, el Evangelio del Día. Se centra en Tomás y Jesús: En primer lugar, el apóstol Tomás representa a todos nosotros, que no estábamos presentes en el cenáculo cuando el Señor se apareció y no hemos tenido otras señales o apariciones físicas de Él. También a nosotros, como aquel discípulo, a veces nos resulta difícil: ¿cómo podemos creer que Jesús ha resucitado, que nos acompaña y es el Señor de nuestras vidas sin haberlo visto ni tocado? ¿Cómo se hace para creer en esto? ¿Por qué no nos da algún signo más evidente de su presencia y de su amor? Algún signo que yo pueda ver mejor.. He aquí que nosotros también somos como Tomás, con las mismas dudas, los mismos razonamientos. Explica el Santo Padre, que, al contarnos la historia de Tomás el Evangelio nos dice que el Señor no busca cristianos perfectos, que nunca duden y siempre hagan alarde de una fe segura. “No”, afirma. “La aventura de la fe, como para Tomás, está hecha de luces y sombras. Si no, ¿qué tipo de fe sería? Conoce momentos de consuelo, impulso y entusiasmo, pero también de cansancio, pérdida, dudas y oscuridad”.  El Señor no busca cristianos perfectos. Les digo: tengo miedo cuando veo a algunos cristianos, a alguna asociación de cristianos que se creen los perfectos. El Señor no busca cristianos perfectos; el Señor no busca cristianos que nunca duden y siempre hagan alarde de una fe segura. Cuando un cristiano es así, hay algo que no va bien.  Mejor una fe imperfecta pero humilde Sucede que, según el Sumo Pontífice, las crisis de la vida y la fe muchas veces nos hacen humildes “porque nos despojan de la idea de tener razón, de ser mejores que los demás”. Las crisis «no son pecado, son camino, no debemos temerles», asegura. Ellas nos ayudan a reconocer nuestra necesidad, aquella de Dios, de volver al Señor para experimentar su amor: por eso “es mejor una fe imperfecta pero humilde, que siempre vuelve a Jesús, que una fe fuerte pero presuntuosa, que nos hace orgullosos y arrogantes”. Eso porque el Señor “que no se rinde, no se cansa de nosotros, no tiene miedo de nuestras crisis y debilidades”, asegura Francisco. “Él siempre vuelve: cuando se cierran las puertas, vuelve; cuando dudamos, vuelve; cuando, como Tomás, necesitamos encontrarlo y tocarlo más de cerca, vuelve”. Siempre vuelve, toca a la puerta siempre, y no con signos poderosos que nos harían sentir pequeños e inadecuados, también vergonzosos, sino con sus llagas, vuelve mostrándonos sus llagas que son signos de su amor que ha desposado nuestras fragilidades. Jesús es el Señor «de las otras oportunidades» Por eso el Obispo de Roma también hoy, en el Domingo de Misericordia, no se cansa de repetirnos que Jesús, el Resucitado, “sólo espera que lo busquemos, que lo invoquemos, incluso que protestemos, como Tomás, llevándole nuestras necesidades y nuestra incredulidad”.  Él vuelve, porque es paciente y misericordioso. Viene a abrir los cenáculos de nuestros miedos y de nuestra incredulidad, porque siempre quiere darnos otra oportunidad. Jesús es el Señor «de las otras oportunidades»: siempre nos da otra, siempre.  Pensemos, invita también el Santo Padre, en la última vez que, durante un momento difícil o un período de crisis, nos hemos encerrado en nosotros mismos, atrincherándonos en nuestros problemas y dejando a Jesús fuera de casa. Pero también “prometámonos”, la próxima vez, en nuestro cansancio, buscar a Jesús, volver a Él, a su perdón, a esas llagas que nos han curado. Así seremos capaces también de compasión, “de acercarnos sin rigidez ni prejuicios a las llagas de los demás”. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News25 de abril de 2022

25
Abr

Papa Francisco a Kirill: seamos artífices de paz para Ucrania devastada por la guerra

Vaticano.- Francisco envía un saludo de Pascua al Patriarca de Moscú: «Que el paso de la muerte a la nueva vida en Cristo se haga realidad para el pueblo ucraniano, que anhela un nuevo amanecer que ponga fin a la oscuridad de la guerra». «¡Querido hermano! Que el Espíritu Santo transforme nuestros corazones y nos convierta en verdaderos artífices de la paz, especialmente para la Ucrania desgarrada por la guerra, para que el gran paso pascual de la muerte a la nueva vida en Cristo sea una realidad para el pueblo ucraniano, que anhela un nuevo amanecer que ponga fin a la oscuridad de la guerra». Este es el pasaje central de la carta que el Papa Francisco envió al Patriarca de Moscú y toda Rusia, Kirill, con motivo de la Pascua que algunas iglesias católicas y ortodoxas celebraron ayer, domingo 24 de abril, según el calendario juliano. Carta de saludo del Papa La breve carta de buenos deseos que el Papa envió también a otros patriarcas de las Iglesias orientales fue publicada por el sitio web oficial de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Patriarchia.ru. En la carta, Francisco subraya que en este momento «sentimos todo el peso del sufrimiento de nuestra familia humana, aplastada por la violencia, la guerra y tantas injusticias». A pesar de ello, escribe, «seguiremos mirando con el corazón agradecido que el Señor ha tomado sobre sí todo el mal y todo el dolor de nuestro mundo». Un testimonio creíble del Evangelio «La muerte de Cristo -prosigue el Pontífice- fue el comienzo de una vida nueva y de la liberación de las ataduras del pecado, y una ocasión para nuestra alegría pascual, abriendo para todos el camino desde la sombra de las tinieblas a la luz del reino de Dios». La invitación es a rezar unos por otros «para dar un testimonio creíble del mensaje evangélico de Cristo resucitado y de la Iglesia como sacramento universal de salvación», para que «todos entren en el reino de la justicia, la paz y la alegría en el Espíritu Santo». La videollamada del 16 de marzo El último contacto directo entre el Papa y el Patriarca fue el 16 de marzo con una videollamada que tuvo lugar en presencia del cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, y del metropolita Hilarión de Volokolamsk, jefe del Departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú. El encuentro, informó el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, se centró en «la guerra en Ucrania y el papel de los cristianos y sus pastores para hacer todo lo posible para que prevalezca la paz». De hecho, el Papa llamó a actuar juntos para «detener el fuego» de la guerra en Ucrania, porque quienes «pagan la factura» son «los que son bombardeados y mueren». «La Iglesia no debe utilizar el lenguaje de la política, sino el lenguaje de Jesús», afirmó además Francisco. Reunión aplazada Según reveló el propio Papa Francisco en una reciente entrevista con el diario argentino La Nación, estaba previsto un encuentro con Kirill para el próximo mes de junio en Jerusalén. «Lamento -explicó el Papa- que el Vaticano haya tenido que cancelar un segundo encuentro con el Patriarca Kirill, que teníamos previsto para junio en Jerusalén. Pero nuestra diplomacia consideró que un encuentro entre nosotros en este momento podría traer mucha confusión». El Papa Francisco y Kirill, como se sabe, se reunieron una sola vez en 2016 en Cuba, en una sala del aeropuerto de La Habana, donde firmaron una declaración conjunta. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News25 de abril de 2022

22
Abr

El Papa: lo importante es la renovación de la mente y del corazón de las personas

Vaticano.- Está firmado en Roma, en la Basílica de San Juan de Letrán en la Solemnidad de la Anunciación del Señor, el prólogo del Papa Francisco al libro-entrevista de Fernando Prado con el Cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, Arzobispo de Tegucigalpa y Coordinador del Consejo de Cardenales, sobre la nueva Constitución Apostólica «Praedicate Evangelium». Papa Francisco Desde el concilio Vaticano II, la Iglesia católica ha llevado a cabo varias reformas de la Curia Romana tratando de acomodarla a las exigencias de los tiempos, de la vida eclesial y de la recepción del propio Concilio, que sigue siendo la brújula. San Pablo VI quiso acomodar la Curia a los postulados del recién celebrado Vaticano II mediante la constitución apostólica Regimini Ecclesiae Universae. San Juan Pablo II, algunos años más tarde, hizo lo propio promulgando la Pastor Bonus, queriendo desarrollar otros cambios y adaptar el funcionamiento de la Curia al nuevo Código de Derecho Canónico aprobado en 1983. Por su parte, Benedicto XVI también hizo diversos cambios y adaptaciones de la Pastor Bonus a través de diferentes motu proprio para salir al paso de algunos desafíos, realizando los necesarios ajustes que las situaciones pedían. Incluso se creó entonces un nuevo organismo: el Pontificio Consejo dedicado a la Nueva Evangelización. Antes de cambiar de diócesis, participando de las Congregaciones Generales previas al último Cónclave, entre otras muchas recomendaciones, se pidió vivamente del nuevo Papa que acometiera una nueva reforma de la Curia. Se veía como algo urgente y necesario. Esta reforma viene de ahí. Yo mismo me atreví en esos momentos a hacer algunas recomendaciones, pensando que iba a ser otro quien tuviera que llevarlas adelante. Pero las cosas fueron diferentes. Y, así, desde el principio se trabajó durante todos estos años. Agradezco este nuevo servicio a la editorial claretiana de Madrid. No son tiempos fáciles para el «apostolado de la prensa». Agradezco el paciente trabajo a todo el Consejo de cardenales en este largo alumbramiento. Especialmente, agradezco al cardenal Rodríguez Maradiaga su constante servicio a la Sede de Pedro, a la vez que le felicito por esta entrevista. Creo que en ella se desentraña adecuadamente el sentido y el itinerario de este minucioso y decisivo trabajo de revisión y propuesta. En ella se hace ver que la reforma de la curia es más que la constitución apostólica. Praedicate Evangelium es una de las dimensiones de la reforma. Es de esperar que todo lo que esta Constitución encierra se haga cada vez más notorio según se vaya aplicando y poniendo en práctica. Muchas de las novedades que aparecen en la Constitución apostólica ya se fueron poniendo en marcha desde los primeros años del presente pontificado y han dado frutos satisfactorios. Otras darán su fruto a su tiempo. Las reformas en las estructuras y en lo organizativo son necesarias, sin duda, pero lo verdaderamente importante es la renovación de la mente y del corazón de las personas. Todos estamos llamados a arrimar el hombro. Y no olvidemos que las leyes y los documentos son siempre limitados y casi siempre efímeros. Otros tiempos vendrán. Otras circunstancias darán al mundo un nuevo color… Y la Iglesia, en su constante diálogo con el mundo, con un pie firme en los orígenes y fiel a la Tradición, adaptará nuevamente su vida y sus estructuras humanas a las condiciones cambiantes de los tiempos. Así, la Iglesia seguirá ofreciendo el Evangelio al mundo de una forma renovada. Es nuestra condición, pues creemos que «Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre» (Hb 13,8). Así, los creyentes de hoy vamos pasando el testigo a las siguientes generaciones. Firmado en Roma, San Juan de Letrán, 25 de marzo de 2022, Solemnidad de la Anunciación del Señor. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News22 de abril de 2022

22
Abr

Papa Francisco: “Toda guerra es anacrónica en este mundo”

Vaticano.- “La guerra en Ucrania, la mediación de la Santa Sede en el conflicto, su relación con el Patriarca Kirill”, son algunos de los temas tratados por el Santo Padre en la entrevista concedida al periódico argentino “La Nación”. “No puedo hacer nada que ponga en riesgo objetivos superiores, que son el fin de la guerra, una tregua o, al menos, un corredor humanitario. ¿De qué serviría que el Papa fuera a Kiev si la guerra continuara al día siguiente?”, es una de las respuestas que dio el Papa Francisco en la entrevista concedida al periódico argentino “La Nación”, y que fue publicado este jueves 21 de abril de 2022, en el cual trata sobre la dramática situación que se vive en Ucrania. Toda guerra es anacrónica en este mundo Una de las primeras cuestiones afrontadas en la entrevista con el periodista Joaquín Morales Solá, fue el de la guerra en Ucrania. Al respecto, el Papa Francisco señaló que, “toda guerra es anacrónica en este mundo y a esta altura de la civilización”. Además, aclaró que nunca nombra al Presidente Ruso ni a Rusia cuando habla de la guerra, porque “un Papa nunca nombra a un jefe de Estado ni mucho menos a un país, que es superior a su jefe de Estado”. Asimismo, reiteró que la Santa Sede está siempre dispuesta a mediar en todo conflicto, “siempre hay gestiones. El Vaticano no descansa nunca. Los detalles no se los puedo contar porque dejarían de ser gestiones diplomáticas. Pero los intentos no cesarán nunca”. Estoy dispuesto a hacer todo para frenar la guerra Sobre su visita a la Embajada de Rusia ante la Santa Sede, el Pontífice señaló que fue sólo, que “fue una responsabilidad personal. Fue una decisión que tomé en una noche de vigilia pensando en Ucrania. Está claro para quien quiere verlo bien que estaba señalando al gobierno que puede poner fin a la guerra en el próximo instante. Para serle sincero, quisiera hacer algo para que no haya una sola muerte más en Ucrania. Ni una más. Y estoy dispuesto a hacer todo”. Solidaridad con la población ucraniana Asimismo, el Santo Padre explicó que ha realizado algunos gestos de solidaridad con la población ucraniana, “con sus muertos, con sus familias y con los que sufren la emigración”. Y sobre, la posibilidad de visitar Kiev, el Pontífice afirmó que, “no puedo hacer nada que ponga en riesgo objetivos superiores, que son el fin de la guerra, una tregua o, al menos, un corredor humanitario. ¿De qué serviría que el Papa fuera a Kiev si la guerra continuara al día siguiente?”. Promoción del diálogo interreligioso Otro de los temas tratados en la entrevista fue sobre la relación del Papa con el Patriarca Kirill, Patriarca de Moscú y de toda Rusia, con quien se reunió en La Habana, en febrero de 2016. El Santo Padre indicó que su relación es muy buena y lamentó que “el Vaticano haya tenido que levantar una segunda reunión con el Patriarca Kirill, que teníamos programada para junio en Jerusalén”. Además, el Papa Francisco recordó su compromiso y empeño en la promoción del diálogo interreligioso. “Cuando era Arzobispo de Buenos Aires junté en un fructífero diálogo a cristianos, judíos y musulmanes. Fue una de las iniciativas de las que me siento más orgulloso. Es la misma política que promuevo en el Vaticano. Como usted me escuchó muchas veces, para mí el acuerdo es superior al conflicto”. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News22 de abril de 2022

21
Abr

Papa Francisco: el verdadero educador acompaña, escucha y dialoga

Vaticano.- En la mañana del miércoles 20 de abril, antes de comenzar la audiencia general, el Papa conversó con una delegación del «Global Researchers Advancing Catholic Education Project», reiterando la importancia de una educación dinámica que transmita la herencia del pasado pero que vaya hacia adelante, para que el individuo crezca. Educar no es «llenar la cabeza de ideas», porque se forman «autómatas», sino caminar junto a las personas en una «tensión entre el riesgo y la seguridad». Así lo dijo el Papa Francisco en un discurso improvisado -tras entregar el texto preparado- a una delegación del «Global Researchers Advancing Catholic Education Project» (GRACE), un nuevo proyecto de investigación internacional promovido por voluntarios con el objetivo de promover los valores de la educación católica en el respeto a la identidad y el diálogo. El encuentro tuvo lugar en la pequeña sala del Aula Pablo VI antes la audiencia general. El derecho a equivocarse «Educar -dijo el Papa- es arriesgar en la tensión entre la cabeza, el corazón y las manos: en armonía, hasta el punto de pensar lo que siento y hago; de sentir lo que pienso y hago; de hacer lo que siento y pienso. Es una armonía». El Pontífice pidió a los enseñantes de escuelas primarias, secundarias y universitarias que apoyen a los estudiantes en su itinerario educativo. «No se puede educar -añadió- sin caminar junto a las personas a las que se educa. Es hermoso cuando se encuentran educadores que caminan juntos con los chicos y chicas». Francisco señaló que «educar no es decir cosas puramente retóricas; educar es hacer que lo que se dice se encuentre con la realidad». Las muchachas y los muchachos tienen derecho a equivocarse, pero el educador les acompaña en el camino para orientar esos errores, para que no sean peligrosos». El verdadero educador -continuó Francisco- nunca tiene miedo de los errores, no: acompaña, toma de la mano, escucha, dialoga. No se asusta y espera. Esto es la educación humana: educar «es esto de sacar adelante y hacer crecer, ayudar a crecer». Educar en la tradición que es dinámica La delegación de GRACE, a través de un portavoz, entabló un diálogo con Francisco y explicó al Pontífice que el objetivo del proyecto es precisamente el de educar no sólo transmitiendo conocimientos, sino también dando espacio al ámbito espiritual y pastoral y a lo que los mayores pueden transmitir a los jóvenes. El Papa subrayó que «el diálogo entre los jóvenes y los ancianos es importante», «porque el árbol, para crecer, necesita una estrecha relación con sus raíces», y a continuación relató: «Hay un poeta de mi tierra que dice una cosa muy bonita: ‘Todo lo que el árbol tiene de florido, vive de lo que tiene sepultado’. Sin raíces no se puede avanzar. Sólo con las raíces nos convertimos en personas». Por ello, Francisco dijo no al frío y rígido tradicionalismo, reiterando que la verdadera tradición es «tomar del pasado para ir hacia adelante». La tradición no es estática: es dinámica, tiende a avanzar. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News21 de abril de 2022

20
Abr

Papa Francisco vuelve a celebrar en San Pedro la Divina Misericordia

En los últimos dos años, a partir de 2020, Francisco había presidido de forma reservada en la Iglesia del Santo Espíritu en Sassia la celebración instituida por Juan Pablo II. El lugar de culto está dedicado a Santa Faustina Kowalska que recibió el mandato de Jesús de celebrar la fiesta el segundo domingo de Pascua. Este año la cita será en la Basílica Vaticana el domingo próximo, 24 de abril, a las 10 de la mañana. Vaticano. Tras los dos años de celebraciones privadas en la Iglesia del Santo Espíritu en Sassia, se celebrará por primera vez en la Basílica de San Pedro y con la presencia de fieles la Misa del Papa en el Domingo de la Divina Misericordia, instituida hace 21 años por San Juan Pablo II. La cita en la Basílica Vaticana -como informa la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias- será el próximo domingo 24 de abril, a las 10 de la mañana. Hoy, durante la audiencia general, el Papa Francisco recordó esta conmemoración, saludando a los fieles polacos: “Cristo nos enseña que el hombre no solo experimenta la misericordia de Dios, pero es también llamado a mostrarla a su prójimo”. El Papa, que de la misericordia ha hecho una de las piedras angulares del pontificado al punto de dedicarle un Jubileo en 2016, continúa el legado de Karol Wojtyla que instituyó esta fiesta para la Iglesia en todo el mundo en 2000, en coincidencia con la “Domenica in albis”, el primer domingo después de la Pascua. Esta es una fecha que, según las visiones místicas de la santa polaca Sor Faustina Kowalska, fue el propio Jesús quien se lo pidió, y también le ofreció instrucciones sobre cómo pintar el famoso cuadro en todo el mundo. «Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia. Quiero que la imagen, que pintarás con tu pincel, sea solemnemente bendecida el primer domingo después de Pascua; este domingo debe ser la Fiesta de la Misericordia», dice el famoso Diario de Sor Faustina, beatificada por Juan Pablo II en 1993 y canonizada en 2000. Deseo», son las palabras que la monja polaca atribuye a Jesús, «que la Fiesta de la Misericordia sea un refugio y un amparo para todas las almas y especialmente para los pobres pecadores…». El alma que se acerca a la confesión y a la Santa Comunión recibe el perdón total de sus pecados y penas». Un culto extendido por todo el mundo Santa Faustina fue la primera persona que celebró individualmente esta fiesta con el permiso del confesor. Pero ya en 1944 el culto de la Divina Misericordia en el primer domingo después de la Pascua en el santuario de Cracovia – Lagiewniki estaba presente. Luego, se difundió en toda Polonia en los años sucesivos. Incluso Wojtyla, como Papa, dedicó a la devoción promovida por Sor Faustina la Iglesia de Santo Espíritu en Sassia, un lugar de culto renacentista del siglo XVI a pocos pasos de la Plaza de San Pedro. Desde 1994 la iglesia ha sido elevada a la categoría de Santuario y cada mes es visitada por numerosos peregrinos y fieles que rezan allí el Rosario cada tarde. Las celebraciones del Papa Francisco Es en Santo Espíritu en Sassia que el Santo Padre el año pasado, en el 90° aniversario de la revelación de la imagen de Jesús Misericordioso, había presidido la Misa, sin embargo, en forma restringida, en respeto de las normas anti COVID-19, solo con la presencia de un grupo de reclusos, médicos, enfermeros y de refugiados procedentes de África y Medio Oriente. La de 2021 era la tercera Misa del Papa de la Divina Misericordia; la primera fue en la plaza de San Pedro, el 3 de abril de 2016, en medio del Jubileo Extraordinario de la Misericordia. Una cita universal en la que el Papa insistió en el mensaje del amor divino: “Toda enfermedad puede encontrar en la misericordia de Dios una ayuda eficaz. De hecho, su misericordia no se queda lejos: desea salir al encuentro de todas las pobrezas y liberar de tantas formas de esclavitud que afligen a nuestro mundo. Quiere llegar a las heridas de cada uno, para curarlas. Ser apóstoles de misericordia significa tocar y acariciar sus llagas, presentes también hoy en el cuerpo y en el alma de muchos hermanos y hermanas suyos”. El año siguiente, 2017, Francisco también celebró en la Basílica Vaticana. En cambio, en 2020, en plena pandemia, regresó a la Iglesia del Santo Espíritu para una ceremonia privada, sin fieles. Mientras el mundo luchaba contra la emergencia sanitaria y con el miedo de muertes y contagios, el Pontífice, durante la misa transmitida por televisión y en distintos idiomas, exhortaba una vez más a mirar a la misericordia de Dios, “mano que nos levanta siempre” y, al mismo tiempo, advirtió del «riesgo» de ser alcanzado por otro «virus», el del «egoísmo indiferente» que lleva a descartar a los propios hermanos. Prensa CEVNota de Vatican News20 de abril de 2022

20
Abr

El Papa: hay que honrar a los ancianos, así se reconoce su dignidad

En la audiencia general, el Papa retoma el ciclo de catequesis observando que no siempre en las sociedades se presta atención a devolver a nuestros ancianos el amor recibido, con la ternura y el respeto debidos. Por eso, invitó a las familias a acercar a sus hijos a los abuelos y a no desatenderlos cuando sean huéspedes de una residencia de ancianos o de reposo. Vaticano. «Honrarás a tu padre y a tu madre»: es a partir de este mandamiento que el Papa Francisco ofrece su reflexión en la audiencia general de este miércoles de nuevo en una abarrotada Plaza de San Pedro. Con un subtítulo: el amor por la vida vivida. Así continúa el ciclo de catequesis dedicado a los ancianos vista hoy en su experiencia de fragilidad, desconcierto, desilusión y a menudo abandono. Debemos hacer de todo para sostenerla, recomienda el Papa, en nuestras sociedades aún no hacemos lo suficiente.  Devolver el amor honrando a los ancianos  Los estados de fragilidad, observa el Papa Francisco, pueden darse en todas las etapas de la vida, pero cuando tocan la vejez provocan en los demás una especie de acostumbramiento, cuando no de fastidio, porque en cualquier caso se piensa que la vida «ya ha sido vivida». El amor que se derrama sobre nuestro futuro, hace notar el Papa, no se devuelve con la misma fuerza «sobre la vida que queda atrás» y esto ya habla de la gratuidad del amor que los padres conocen tan bien. Pero es posible una «restitución del amor», rendida en forma de honor a los que nos han precedido, un honor «sellado por el mandamiento de Dios». Francisco lo explica: «Honrarás a tu padre y a tu madre» es un compromiso solemne, el primero de la «segunda tabla » de los Diez Mandamientos. No se trata sólo del propio padre y de la propia madre. Se trata de la generación y las generaciones precedentes, cuya despedida también puede ser lenta y prolongada, creando un tiempo y un espacio de convivencia a largo plazo con las otras edades de la vida. En otras palabras, se trata de la vejez de la vida. El desprecio por la persona que nos precede en edad produce cosas horribles El honor significa también ternura y respeto, conceptos que hoy, continúa el Papa, definimos con la palabra «dignidad».  «Honrar al padre y a la madre, añade, honrar a los ancianos es reconocer la dignidad que tienen». A continuación, afirma que el cuidado de los enfermos o de los que ya no son autosuficientes puede carecer de honor, y describe algunas actitudes o situaciones en las que «un exceso de confianza» hace perder de vista la delicadeza y se convierte en «aspereza y prevaricación»: Cuando la debilidad es reprendida, e incluso castigada, como si fuera una culpa. Cuando el desconcierto y la confusión se convierten en una apertura para la burla y la agresividad. Puede ocurrir incluso en el hogar, en residencias de ancianos, así como en oficinas o en los espacios abiertos de la ciudad. Fomentar en los jóvenes, aunque sea indirectamente, una actitud de condescendencia -e incluso de desprecio- hacia los ancianos, sus debilidades y sus precariedades, produce cosas horribles. Y entre las horribles consecuencias, el Papa recuerda el caso de unos jóvenes que llegaron a prender fuego a un «vagabundo» considerándolo nada más que «un desecho humano». El respeto reservado al viejo Noé El desprecio a un anciano, afirma, deshonra a todos, y cita un pasaje de la historia de Noé que enseña mucho a este respecto: El viejo Noé, héroe del diluvio y gran trabajador, yace descompuesto tras haber bebido demasiado. Ya es viejo, pero ha bebido demasiado. Sus hijos, para no despertarlo en la vergüenza, lo cubren con delicadeza, con los ojos bajos, con gran respeto. Este texto es muy hermoso y lo dice todo sobre el honor que se le debe al anciano. Cubrir las debilidades del anciano, para no avergonzarlo. Educar a los niños para que estén cerca de sus abuelos El Papa Francisco mira a las sociedades actuales para observar que, a pesar de los recursos materiales puestos a disposición de los ancianos, la lucha «por la restitución de esa forma especial de amor que es el honor» parece todavía frágil. De ahí su exhortación a sostener más a «los que son sensibles a esta forma decisiva de ‘civilización del amor’». Luego añade: Y sobre esto me permito aconsejar a los padres: por favor, acerquen a sus hijos, a los niños, a los hijos jóvenes a los ancianos, acérquenlos siempre. Y cuando el anciano esté enfermo, un poco fuera de sí, acérquenlos siempre a él: que sepan que esta es nuestra carne, que esto es lo que ha hecho posible que estemos aquí ahora. Por favor, no alejar a los ancianos. Y si no hay más remedio que enviarlos a una residencia de ancianos, por favor, visítenlos y lleven a los niños a verlos. El honor por la vida vivida, concluye el Papa, «no es cosa de viejos», es un comportamiento que beneficiará a las nuevas generaciones que heredarán sus mayores cualidades. Es una «verdadera revolución cultural», dice el Papa, para la que pide la ayuda del Espíritu Santo. Prensa CEVNota de Vatican News20 de abril de 2022