Categoría: Papa Francisco

06
May

Beatificaciones programadas y diferidas a causa de la pandemia

Vaticano.- Dado que se prolonga la situación creada por el COVID-19 y para seguir implementando las medidas cautelares también en las ceremonias religiosas, las beatificaciones que se habían establecido se verán aplazan hasta una fecha por definir. Mientras tanto el trabajo de la Congregación para las Causas de los Santos continúa y, de hecho, se han publicado nuevos decretos La Congregación para las Causas de los Santos informa que debido a la prolongación de la situación de pandemia y a las necesarias medidas cautelares que deben adoptarse con relación a las ceremonias religiosas que implican la presencia de numerosos fieles, y a petición de los mismos Obispos interesados, las beatificaciones que se habían fijado para los próximos meses se aplazan hasta una fecha por definir. Ayer, 5 de mayo, el Santo Padre Francisco recibió en audiencia al Cardenal Angelo Becciu, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. Y durante esta audiencia, el Sumo Pontífice autorizó a la mencionada Congregación a promulgar los Decretos referentes a: Las virtudes heroicas del Siervo de Dios Francesco Caruso, Sacerdote de la Arquidiócesis de Catanzaro-Squillace; nacido en Gasperina (Italia) el 7 de diciembre de 1879 y muerto allí el 18 de octubre de 1951; Las virtudes heroicas del Siervo de Dios Carmelo De Palma, Sacerdote de la Arquidiócesis de Bari-Bitonto; nacido en Bari (Italia) el 27 de enero de 1876 y muerto allí el 24 de agosto de 1961; Las virtudes heroicas del Siervo de Dios Francis Barrecheguren Montagut, sacerdote profeso de la Congregación del Santísimo Redentor; nacido en Lérida (España) el 21 de agosto de 1881 y muerto en Granada (España) el 7 de octubre de 1957; Las virtudes heroicas de la Sierva de Dios María de la Concepción Barrecheguren y García, Laica; nacida en Granada (España) el 27 de noviembre de 1905 y fallecida allí el 13 de mayo de 1927; Y las virtudes heroicas del Siervo de Dios Matteo Farina, laico; nacido en Avellino (Italia) el 19 de septiembre de 1990 y fallecido en Bríndisi (Italia) el 24 de abril de 2009. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News06 de mayo de 2020

06
May

Papa Francisco: “Con la oración abramos las puertas del corazón a Dios”

Vaticano.- El Papa Francisco, al saludar a los fieles de los ocho idiomas oficiales de la catequesis, que siguieron la audiencia general a través de los medios de comunicación, les recordó que en estos momentos difíciles en que la humanidad vive esta emergencia sanitaria, son momentos “favorables” para redescubrir la necesidad de la oración en nuestras vidas. Nos pidió que abramos las puertas de nuestros corazones al amor de Dios nuestro Padre, que sabrá escucharnos. En momentos difíciles debido a la pandemia del coronavirus, el Papa Francisco nos invita a redescubrir la necesidad de la oración en nuestras vidas, que abramos las puertas de nuestros corazones al amor de Dios nuestro Padre, que sabrá escucharnos. Así lo dijo a los franceses y a los portugueses, además, a estos últimos les afirmó que al abrir la puerta de nuestra vida a Dios, esto nos ayuda a “salir nosotros mismos” para ser solidarios con los demás que están inmersos en la prueba. De esta manera, especialmente en este momento de pandemia, dijo, podemos traerles consuelo, luz y esperanza. Y a los de habla alemana, les señaló que la oración es la más bella expresión de fe en Dios, de confianza en su amor misericordioso. Pidamos, dijo el Papa, a Dios que nos dé un corazón humilde que lo espera todo de él y siente siempre la sed de él. En este tiempo de Pascua, que el Señor Resucitado llene nuestros corazones con su paz y alegría. A los de habla inglesa, les bendijo e invocó sobre sus familias, en este tiempo de Pascua, la fortaleza que viene de Jesucristo. A los árabes, el papa les dijo que aprendamos de la oración del ciego Bartimeo a pedir primero la misericordia de Dios con insistencia y fe. Dejemos que el Señor, dijo Francisco,  nos muestre su misericordia de la manera que él considere adecuada para nuestra salvación. Este viernes. Fiesta de Nuestra Señora de Luján en Argentina Al saludar a los fieles en lengua española que siguen esta catequesis, el Papa pidió a Jesús, el buen Pastor, que nos conceda ser hombres y mujeres de oración, que con confianza y perseverancia, dijo, presentemos al Padre compasivo nuestras necesidades y las de todos nuestros hermanos. Pasado mañana, 8 de mayo, se celebra en Argentina la fiesta de Nuestra Señora de Luján. Francisco pidió que ella, Madre de Dios y Madre nuestra, interceda por nosotros y nos obtenga de su Hijo las gracias necesarias en este tiempo de dificultad que el mundo atraviesa. Súplica a la Virgen en Santuario de Pompeya Al saludar a los italianos, recordó que el viernes 8 de mayo, se elevará en el Santuario de Pompeya la intensa oración de la «Súplica a Nuestra Señora del Rosario». Exhortó a todos a unirse espiritualmente a este acto popular de fe y devoción, para que, por la intercesión de la Santísima Virgen, el Señor conceda misericordia y paz a la Iglesia y al mundo entero. “Hemos iniciado el mes de mayo, que la devoción popular cristiana consagra a la Madre del Señor”, afirmó el Pontífice y pidió a los italianos, que se encomienden a Ella, que bajo la Cruz nos fue dada como Madre. A los jóvenes, los ancianos, los enfermos y los recién casados: “Pónganse confiadamente bajo la protección maternal de María y estén seguros de que ella no les fallará en su hora de prueba”. En Polonia: Solemnidad de San Estanislao Patrón del país Al saludar a todos los polacos. Pasado mañana celebraréis la solemnidad de San Estanislao, obispo y mártir, patrón de Polonia. Durante siglos, este gran santo ha permanecido en la memoria y la espiritualidad de los polacos como un intrépido defensor de la fe, del orden moral y social, protector de los más débiles e indefensos, un pastor dispuesto a dar su vida por Cristo y por sus ovejas. Por su intercesión rezamos por la Iglesia en Polonia y por el pueblo polaco, para que – en la difícil situación mundial actual causada por la pandemia y en todos los tiempos – puedan disfrutar de la bendición, la paz y la prosperidad de Dios. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News06 de mayo de 2020

05
May

Papa Francisco: “Que Dios reciba a las víctimas de la pandemia. No hay fe sin libertad”

Vaticano.- En la misa de Santa Marta, esta mañana martes 5 de mayo, Francisco piensa en los que murieron a causa del Covid-19, que a menudo murieron solos, sin la caricia de sus seres queridos y sin el funeral. En su homilía enumeró algunas actitudes que nos impiden formar parte de las ovejas de Jesús: la esclavitud de la riqueza, la rigidez, el clericalismo, la pereza, la mundanidad. Sin libertad no podemos caminar hacia Jesús El Papa Francisco presidió la misa en la Casa Santa Marta este martes de la cuarta semana de Pascua. En la introducción, Francisco dirigió sus pensamientos a los que han muerto a causa del coronavirus: Recemos hoy por los muertos que murieron por la pandemia. Murieron solos, murieron sin la caricia de sus seres queridos, muchos de ellos, ni siquiera con el funeral. Que el Señor los reciba en la gloria. En su homilía el Papa comentó el Evangelio de hoy (Jn 10:22-30) en el que los judíos le piden a Jesús que diga abiertamente si es el Cristo. Pero el Señor responde: «Os lo dije y no creéis. Las obras que yo hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis porque no sois ovejas de las mías». Pero no crees porque no eres parte de mis ovejas. Esto – dijo el Papa – plantea una duda: ¿pero creo? Y se preguntó: ¿qué me detiene frente a la puerta, que es Jesús? “Hay actitudes previas a la confesión de Jesús. Incluso para nosotros, que estamos en el rebaño de Jesús. Son como «disgustos prejuiciosos», que no nos permiten avanzar en el conocimiento del Señor». El primer obstáculo es la riqueza: «Incluso muchos de nosotros, que hemos entrado por la puerta del Señor, nos detenemos y no seguimos adelante porque estamos prisioneros de las riquezas. El Señor ha sido duro, con las riquezas» porque «son un impedimento para avanzar. ¿Pero debemos caer en el pauperismo? No. Pero no ser esclavos de las riquezas, no vivir por las riquezas, porque las riquezas son un señor, son el señor de este mundo y no podemos servir a dos señores. Y las riquezas nos detienen». «Otra cosa que nos impide avanzar en el conocimiento de Jesús, en la pertenencia de Jesús,» dijo, «es la rigidez: la rigidez de corazón. También la rigidez en la interpretación de la Ley. Jesús reprocha a los fariseos, los doctores de la ley, por esta rigidez. Que no es la fidelidad: la fidelidad es siempre un don para Dios; la rigidez es una seguridad para mí mismo». Francisco cuenta una anécdota: una señora que había asistido a una boda el sábado por la tarde le preguntó si era válida como misa dominical, pero las lecturas eran diferentes y temía haber caído en pecado mortal, porque quizás había ido a «una misa que no era verdadera, porque las lecturas no eran verdaderas». «Esa señora pertenecía a un movimiento eclesiástico… Rigidez. Esto nos aleja de la sabiduría de Jesús, de la sabiduría de Jesús; te quita la libertad. Y muchos pastores hacen crecer esta rigidez en las almas de los fieles, y esta rigidez no nos deja entrar por la puerta de Jesús». El Papa describe otro impedimento: la pereza. Ese cansancio que «nos quita la voluntad de seguir adelante» y «te hace cálido y tibio». La pereza… es otra cosa que nos impide seguir adelante». Otra actitud fea es el clericalismo, porque «se pone en el lugar de Jesús». Dice: «Esto es así, así, y así, y si no haces así, así entonces, no puedes entrar». Un clericalismo que quita la libertad de la fe de los creyentes. Es una enfermedad, esta; fea, en la Iglesia: la actitud clericalista». Otra cosa que nos impide seguir adelante en el conocimiento de Jesús «es el espíritu mundano». Cuando la observancia de la fe, la práctica de la fe termina en la mundanidad. Y todo es mundano. Pensemos en la celebración de algunos sacramentos en algunas parroquias: ¡cuánta mundanidad hay! Y la gracia de la presencia de Jesús no es bien entendida». En todas estas actitudes – dice el Papa – «falta la libertad. Y no se puede seguir a Jesús sin libertad». Por supuesto, a veces «la libertad va más allá y uno se resbala» – observa el Papa – «pero peor es resbalar antes» de comenzar a caminar hacia Jesús. Al final de la homilía el Papa rezó al Señor para que nos ilumine «para ver dentro de nosotros si hay libertad» para ir hacia Jesús y «convertirnos en ovejas de su rebaño». El Papa ha invitado a hacer la Comunión espiritual con esta oración: Gesù mio, credo che sei realmente presente nel Santissimo Sacramento dell’altare. Ti amo sopra ogni cosa e ti desidero nell’anima mia. Poiché ora non posso riceverti sacramentalmente, vieni almeno spiritualmente nel mio cuore. Come già venuto, io ti abbraccio e tutto mi unisco a Te. Non permettere che mi abbia mai a separare da Te. Creo, Jesús mío, que estáis realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Os amo sobre todas las cosas y deseo recibiros en mi alma. Pero como ahora no puedo recibiros sacramentado, venid a lo menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás Me aparte de Ti. Amén.(San Alfonso María de Ligorio) El Papa ha concluido la celebración con la adoración y la bendición eucarística. Antes de abandonar la Capilla dedicada al Espíritu Santo, se cantó la antífona mariana del Regina Coeli, cantada en tiempo Pascual: Regína caeli laetáre, allelúia.Quia quem merúisti portáre, allelúia.Resurréxit, sicut dixit, allelúia.Ora pro nobis Deum, allelúia. (Reina del cielo, alégrate, aleluya.Porque el Señor, a quien has llevado en tu vientre, aleluya. Ha resucitado según su palabra, aleluya.Ruega al Señor por nosotros, aleluya.) Prensa CEVNota de prensa de Vatican News05 de mayo de 2020

05
May

Video del Papa: recemos por los diáconos, guardianes del servicio en la Iglesia

Vaticano.- En ‘El Video del Papa’ del mes de mayo, el Santo Padre pone en primera plana a una figura especial dentro del clero, los Diáconos, y pide rezar para que “sean un signo vivificante para toda la Iglesia”. “Recemos para que los diáconos, fieles al servicio de la palabra y de los pobres, sean un signo vivificante para toda la Iglesia”, es la intención de oración del Papa Francisco para este mes de mayo, y que lo confía a la Red Mundial de Oración del Papa. El nuevo Video acaba de salir a la luz, como en cada mes, para dar a conocer la intención de oración del Pontífice y en esta ocasión, trata sobre los diáconos, “los guardianes del servicio en la Iglesia” y de un renovado apostolado en el mundo de hoy. “Los diáconos no son sacerdotes de segunda categoría. Forman parte del clero y viven su vocación en familia y con la familia. Están dedicados al servicio de los pobres que llevan en sí mismos el rostro de Cristo sufriente. Son los guardianes del servicio en la Iglesia. Recemos para que los diáconos, fieles al servicio de la palabra y de los pobres, sean un signo vivificante para toda la Iglesia”. Los diáconos son guardianes del servicio en la Iglesia El ministerio eclesiástico, que es el ministerio de los hombres dedicados al servicio de Dios, comprende tres grados del sacramento del orden: los obispos, los sacerdotes y los diáconos. “Los diáconos participan de una manera especial en la misión y la gracia de Cristo. El sacramento del orden los marca con un sello (“carácter”) que nadie puede hacer desaparecer y que los configura con Cristo que se hizo «diácono», es decir, el servidor de todos”. Son ministros ordenados y signo, en el corazón de la Iglesia, de Cristo Servidor. De hecho, la palabra griega diakonía significa servicio, y este es el espíritu que los define en su función: asisten mediante el servicio de la palabra, el servicio de la liturgia y el servicio por los más pobres y desfavorecidos. En palabras del Papa: “Están dedicados al servicio de los pobres que llevan en sí mismos el rostro de Cristo sufriente”. Diáconos permanentes: su vocación en familia y con la familia No todos saben que los sacerdotes fueron ordenados diáconos en vista al servicio de la comunidad, y aún menos se sabe que los diáconos permanentes, que viven también según el carisma y vocación de servicio a los demás, están casados y viven “su vocación en familia y con la familia”. Hoy son más de 46 mil en el mundo. Padre Fornos: tendríamos que encarnar esta actitud de servicio El P. Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa (incluye el MEJ – Movimiento Eucarístico Juvenil), recuerda que “Jesús, en sus últimas horas con sus discípulos, se reveló como el siervo de Dios por excelencia. Sus últimas palabras hechas gesto, con el lavamiento de los pies de sus discípulos, lo revelan así en el Evangelio según san Juan. Fue su testamento. Se revela como el Siervo sufriente (cf Is 52,13–53,12). Toda su vida fue servicio, servicio de los más pobres y vulnerables. Jesús entiende así su vida, como nos lo dice san Mateo: ‘el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos’ (Mt 20, 17-28). En la Iglesia, todos tendríamos que encarnar esta actitud de servicio. Los diáconos, signos en la Iglesia de Cristo Servidor, nos lo recuerdan. Son, como nos lo dice Francisco, ‘signo vivificante para toda la Iglesia’. La Iglesia los necesita.” Sínodo Amazónico: el diaconado al servicio de los más pobres El Sínodo de los Obispos para la Amazonia, en el punto 104 de su Documento Final, lo dice con fuerza: “El diaconado hoy debe también promover la ecología integral, el desarrollo humano, el trabajo pastoral social, el servicio de los que se encuentran en situación de vulnerabilidad y pobreza, configurándolo al Cristo Servidor, haciéndose Iglesia misericordiosa, samaritana, solidaria y diaconal”. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News05 de mayo de 2020

04
May

Papa Francisco: “Que haya paz en las familias y unidad en la Iglesia”

Vaticano.- Este 4 de mayo, en la Misa en la Casa Santa Marta, el Santo Padre pidió por las familias encerradas en casa por la pandemia y rezó para que no haya violencia sino paz, paciencia y creatividad. En su homilía, el Pontífice recordó que, Jesús quiere la unidad en la Iglesia: debemos vencer la tentación de las divisiones. En la Misa matutina celebrada – y transmitida en vivo – en la Capilla de la Casa Santa Marta, este lunes de la IV Semana de Pascua, el Papa Francisco pidió por las familias que se encuentran encerradas en casa a causa de las medidas restrictivas para detener la propagación del coronavirus: “Oremos hoy por las familias: en este tiempo de cuarentena, la familia, encerrada en casa, intenta hacer muchas cosas nuevas, tanta creatividad con los niños, con todos, para ir adelante. Y también está la otra cosa, que a veces hay violencia doméstica. Oremos por las familias, para que continúen en paz con creatividad y paciencia, en esta cuarentena”. En su homilía el Papa Francisco comentó el pasaje del Libro de los Hechos de los Apóstoles (11,1-18) en el que Pedro, reprochado por sus hermanos todavía atado a las normas mosaicas de haber comido en una casa de paganos, cuenta cómo el Espíritu Santo descendió también sobre ellos. Pedro – afirmó el Pontífice – lo había hecho porque el Espíritu Santo lo había guiado. Pero en la Iglesia, observó el Papa, siempre existe esta creencia de considerarse uno mismo como justo y considerar a los demás como pecadores. Esta es una enfermedad de la Iglesia que nace de las ideologías, precisó el Obispo de Roma, es un pensamiento mundano que se convierte en un intérprete de la ley. Y estas ideas crean división, hasta el punto de que la división se vuelve más importante que la unidad. Otro aspecto importante que resaltó el Papa Francisco emerge del Evangelio del día de hoy (Jn 10, 11-18), en el que Jesús dice que Él también tiene otras ovejas que no vienen de este redil y que también debe guiarlas. Escucharán su voz y se convertirán en un solo rebaño, un solo pastor. El Papa recordó que Jesús vino por todos, murió por todos. Incluso para las personas que no creen en Él o son de otras religiones: él vino para todos. Sólo tenemos un Redentor. Homilía: “Jesús vino a justificar a todos” A continuación el texto de la homilía: Cuando Pedro subió a Jerusalén, los fieles le reprocharon. Le reprocharon que había entrado en la casa de los incircuncisos y comido con ellos, con los gentiles: eso era un pecado. La pureza de la ley no lo permitía. Pero Pedro lo había hecho porque el Espíritu lo había llevado allí. Siempre hay en la Iglesia – en la Iglesia primitiva tanto, porque la cosa no estaba clara – este espíritu de «nosotros somos los justos, los otros los pecadores». Este «nosotros y los otros», «nosotros y los otros», las divisiones: «Tenemos precisamente la posición correcta ante Dios». En cambio hay «los otros», también se dice: «Son los «condenados», sí. Y esta es una enfermedad de la Iglesia, una enfermedad que surge de las ideologías o partidos religiosos… Pensar que en la época de Jesús, por lo menos había cuatro partidos religiosos: el partido de los fariseos, el partido de los saduceos, el partido de los zelotes y el partido de los esenios, y cada uno interpretaba «la idea» que tenía de la ley. Y esta idea es una escuela de malhechores cuando es una forma de pensar, de sentirse mundano que se convierte en un intérprete de la ley. También se reprochó a Jesús que entrara en casa de los publicanos –que eran pecadores, según ellos – y que comiera con ellos, con los pecadores, porque la pureza de la ley no lo permitía; y que no se lavara las manos antes del almuerzo… Pero siempre ese reproche que hace la división: esto es lo importante, que quiero subrayar. Hay ideas, posiciones que hacen la división, hasta el punto de que la división es más importante que la unidad. Mi idea es más importante que el Espíritu Santo que nos guía. Hay un Cardenal emérito que vive aquí en el Vaticano, un buen pastor, y dijo a sus fieles: «Pero la Iglesia es como un río, ¿saben? Algunos están más de este lado, otros del otro, pero lo importante es que todos están dentro del río». Esa es la unidad de la Iglesia. Nadie afuera, todos adentro. Luego, con las peculiaridades: esto no es dividir, no es ideología, es legal. ¿Pero por qué la Iglesia tiene este ancho de río? Es porque el Señor lo quiere así. El Señor, en el Evangelio, nos dice: «Tengo otras ovejas que no vienen de este redil. Tengo que conducir a ellas también. Escucharán mi voz y se convertirán en un solo rebaño y un solo pastor». El Señor dice: «Tengo ovejas por todas partes, y soy el pastor de todos». Este «todos» en Jesús es muy importante. Pensemos en la parábola de la fiesta de la boda, cuando los invitados no querían ir: uno porque había comprado un campo, otro porque se había casado… todos dieron su razón para no ir. Y el Maestro se enfadó y dijo: «Ve a la calle y trae a todos a la fiesta». Todos ellos. Grandes y pequeños, ricos y pobres, buenos y malos. Todo el mundo. Este «todos» es un poco la visión del Señor que vino por todos y murió por todos. «Pero, ¿también murió por ese miserable que me hizo la vida imposible?» También murió por él. «¿Y por ese bandido?» Murió por él. Por todos. Y también por las personas que no creen en él o son de otras religiones: murió por todos. Eso no significa que tengas que hacer proselitismo: no. Pero murió por todos, justificó a todos. Aquí en Roma hay una señora, una buena mujer, una profesora, la profesora Mara, que

04
May

Papa Francisco en el Regina Coeli alerta del peligro de seguir la voz del maligno y no la de Dios

Vaticano.- Debemos estar atentos a las voces que seguimos. Es este el consejo que nos da hoy el Papa, explicando que está la voz de Dios, que propone y nunca nos obliga, pero también está la voz tentadora que induce al mal, causa ímpetu primero y deja amargura después. El Evangelio de hoy nos dice que el Buen Pastor llama a las ovejas por su nombre, el Señor nos llama por nuestro nombre, nos llama porque nos ama, pero hay otras voces que no debemos seguir: aquella de los extraños, ladrones y malhechores que quieren el mal de las ovejas. Comentando el pasaje de hoy según San Juan, el Pontífice da las claves para saber diferenciar estas dos voces que “hablan idiomas diferentes” y “tienen formas opuestas de tocar a nuestros corazones”. ¿Cómo podemos distinguir la inspiración de Dios de la sugestión del maligno? Francisco explica que, por un lado, está la voz de Dios, “que amablemente habla a la conciencia”, y por otro está la voz tentadora “que induce al mal”. La pregunta que nos lanza hoy es: ¿Cómo podemos reconocer la voz del buen Pastor de aquella del ladrón?. El Papa discierne entre estas dos voces: “La voz de Dios jamás nos obliga, Dios se propone, no se impone. En cambio, la voz maligna seduce, agrede, obliga, suscita ilusiones deslumbrantes, emociones alentadoras, pero pasajeras. Al inicio suaviza, nos hace creer que somos omnipotentes, pero luego nos deja vacíos por dentro y nos acusa: «Tu no vales nada». La voz de Dios, en cambio, nos corrige, con tanta paciencia, pero siempre nos anima, nos consuela: siempre alimenta la esperanza”. De hecho, dice, «la voz de dios es una voz que tiene un horizonte, en cambio la voz del maligno te lleva a un muro». El maligno nos induce a temer el futuro y amargarnos del pasado Otra diferencia que plantea el Papa es precisamente sobre el modo de afrontar la vida. “La voz del enemigo desvía del presente y quiere que nos concentremos en los temores del futuro o en las tristezas del pasado” dice el Papa, de hecho, “hace aflorar la amargura, los recuerdos de los males sufridos, de los que nos hicieron mal”. En cambio, la voz de Dios “habla al presente”: “Ahora puedes hacer el bien, ahora puedes ejercer la creatividad del amor, ahora puedes renunciar a los arrepentimientos y remordimientos que tienen prisionero tu corazón”. Las dos voces suscitan en nosotros preguntas diversas Aquella que viene de Dios será: «¿Qué cosa me hace bien?». En cambio, el tentador insistirá sobre otra pregunta: «¿Qué cosa me gustaría hacer?». “Que cosa me gustaría: la voz malvada siempre gira en torno al yo, a sus impulsos, a sus necesidades, al todo y enseguida” dice Francisco, mientras que la voz de Dios, “nos invita a ir más allá de nuestro yo para encontrar el verdadero bien, la paz”. Y aquí el Papa hace hincapié en una cosa que es clave para identificar la voz del maligno: “el mal no dona jamás paz, causa ímpetu primero y deja amargura después”. Prestemos atención a las voces que llegan a nuestro corazón Por último, el Santo Padre nos pide que siempre nos preguntémonos de dónde vienen las voces que llegan a nuestro corazón y que pidamos la gracia de reconocer y seguir la voz del buen Pastor, “que nos hace salir de los recintos del egoísmo y nos conduce a los campos de la verdadera libertad”. Y recordemos los consejos del Papa: “El enemigo siempre preferirá la oscuridad, la falsedad y las habladurías, pero el Señor ama la verdad y la transparencia sincera”, además, el enemigo siempre nos dirá: «Enciérrate en ti mismo, que nadie te entiende ni te escucha, ¡no confíes!”, mientras que el bien nos invitará a abrirnos, a ser transparentes y confiados en Dios y en los demás. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News04 de mayo de 2020

04
May

Papa Francisco: “la existencia cristiana es siempre respuesta a la llamada de Dios”

Vaticano.- En la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, el Papa Francisco invita a invocar del Señor el don de buenos trabajadores para su Reino, muestra su cercanía a los enfermos por Covid-19 y a los niños víctimas de la violencia y recuerda que el próximo 14 de mayo toda la humanidad está invitada a unirse en oración. En el día en el que se celebra la 57ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones bajo el tema: “Las palabras de la vocación”, el Papa Francisco ha recordado, después del rezo mariano a la Madre del Cielo, que la existencia cristiana “es toda y siempre una respuesta a la llamada de Dios, en cualquier estado de vida”. Francisco explica que este día nos recuerda lo que un día dijo Jesús, es decir, “que el campo del Reino de Dios requiere mucho trabajo, y debemos rezar al Padre para que envíe obreros a trabajar en su campo (cf. Mt 9,37-38)”. “El sacerdocio y la vida consagrada – señala – exigen coraje y perseverancia; y sin la oración no se va adelante por este camino”. Y tras estas palabras, el Papa ha invitado a todos “a invocar del Señor el don de buenos trabajadores para su Reino, con el corazón y las manos disponibles a su amor”. Pensamientos del Papa: enfermos Covid-19 y los niños víctimas de la violencia En sus palabras después del Regina Coeli, el Pontífice ha dirigido un pensamiento, una vez más, a los enfermos de Covid-19, pero también a todos aquellos que se dedican a su cuidado y a todos los que de alguna manera están “sufriendo esta pandemia”. Momento en el que ha expresado su apoyo y aliento a la colaboración internacional que se está llevando a cabo con diversas iniciativas a fin de responder de manera adecuada y eficaz a la grave crisis que estamos viviendo: “Es importante – ha dicho – poner juntas las capacidades científicas, de manera transparente y desinteresada, para encontrar vacunas y tratamientos y garantizar el acceso universal a las tecnologías esenciales que permitan a toda persona infectada, en todas las partes del mundo, recibir la necesaria atención sanitaria”. Otro pensamiento del Papa ha sido a la Asociación «Meter», promotora del Día Nacional por los niños víctimas de la violencia, la explotación y la indiferencia. “Animo a los responsables y operadores a que continúen su acción de prevención y de sensibilización de las conciencias junto con los diversos organismos educativos. Y agradezco a los niños de la Asociación que me han enviado un collage con cientos de margaritas pintadas por ellos”. Toda la humanidad unida en oración el próximo 14 de mayo Al final de sus palabras, el Santo Padre ha recordado dos cosas. La primera que acabamos de empezar mayo, el mes mariano por excelencia, durante el cual los fieles aman visitar los santuarios dedicados a la Virgen y lamentablemente este año, debido a la situación sanitaria, al no poder ir físicamente, el Papa pide “dirigirse espiritualmente a estos lugares de fe y devoción, para poner en el corazón de la Santísima Virgen nuestras preocupaciones, expectativas y proyectos para el futuro”. Lo segundo que ha recordado es la próxima cita que tenemos que señalar en nuestro calendario: el 14 de mayo. Será un día en el que los creyentes de todas las religiones elevaremos una “Oración por la humanidad, y nos uniremos espiritualmente en un día de oración y ayuno, para implorar a Dios que ayude a la humanidad a superar la pandemia del coronavirus. Ha sido propuesto por el Alto Comité de Fraternidad Humana y acogido por el Papa Francisco. Prensa CEVNota de prensa de Vatican News04 de mayo de 2020

01
May

San José junto al Papa Francisco como con Pío XII

Vaticano.- El Papa celebra la misa del 1 de mayo en Santa Marta junto a la estatua de San José, la misma que en 1956 estuvo en San Pedro con el Papa Pacelli, al año siguiente de la institución de la solemnidad dedicada al Esposo de la Virgen. Igual que hace 64 años, aunque hoy no hay multitudes porque nuestros días son días de pandemia. Sin embargo, es el mismo Santo Patrón de los trabajadores que vela por una clase que hoy es duramente golpeada por un adversario microscópico, como en su momento veló por el destino de ese segmento social que tuvo que reconstruir la Italia de la posguerra. De Milán a Roma Más allá de las diferencias históricas, hay muchas similitudes que se suman en torno a la estatua de San José que llegó ayer por la tarde al Vaticano y fue colocada en la capilla de la Casa de Santa Marta, en vista de la misa celebrada esta mañana por Francisco en la solemnidad de San José Obrero. En 1956 la misma efigie, bendecida el 1 de mayo por el entonces arzobispo de Milán, Giovanni Battista Montini, partió en helicóptero hacia Roma el 2 de mayo para ser bendecida también por Pío XII en la audiencia concedida ese mismo día a la ACLI, Asociación Cristiana de Trabajadores Italianos. La audiencia cayó doce meses después de la misa en la que el Papa Pacelli había dedicado dicha fiesta litúrgica al Esposo de María y padre putativo de Jesús, celebrada por los trabajadores en todo el mundo. En procesión Igual que entonces, los miembros de la ACLI han querido ser protagonistas y llevar al Papa Francisco la estatua de poco menos de 150 centímetros, hecha en bronce dorado por el escultor Enrico Nell Breuning, custodiada en la sede romana de la asociación. De hecho, la estatua ya había sido colocada cerca de Francisco cuando fue llevada en procesión a la audiencia en el Aula Pablo VI el 23 de mayo de 2015. Trabajo libre y solidario Se trata de una dinámica de retornos que entrelaza el presente, con las muchas ansiedades que agitan el mundo del trabajo, al pasado y a la “memoria de los que nos precedieron” que, como escribió el presidente nacional de la ACLI, Roberto Rossini, «nos anima a trabajar para que -como usted ha señalado repetidamente, Santidad- ningún trabajador esté sin derechos y el trabajo sea libre, creativo, participativo y solidario». Prensa CEVNota de prensa de Vatican News01 de mayo de 2020

01
May

Papa Francisco: que a nadie le falte el trabajo, la dignidad del trabajo y un salario justo

Vaticano.- Este 1 de mayo, memoria litúrgica de San José Obrero, en la Misa en la Casa Santa Marta, el Santo Padre pidió por todos los trabajadores para que sean justamente remunerados, para que puedan tener un trabajo digno y gozar de la belleza del descanso. En su homilía, el Pontífice recordó que el hombre con su trabajo continúa la obra creadora de Dios, y subrayó que también hoy, la dignidad de muchas personas es pisoteada e invitó a luchar por la justicia en el mundo del trabajo. En la Misa matutina celebrada – y transmitida en vivo – en la Capilla de la Casa Santa Marta, este Viernes de la Tercera Semana de Pascua, día en el que la Iglesia conmemora a San José Obrero, el Papa Francisco pidió por todos los trabajadores del mundo: “Hoy, que es la fiesta de San José Obrero, también el Día del Trabajador, rezamos por todos los trabajadores. Por todos. Para que a nadie le falte el trabajo y que todos sean justamente remunerados y puedan gozar de la dignidad del trabajo y la belleza del descanso”. En su homilía, el Papa comentó el pasaje del Libro del Génesis (1,26-2,3) en el que se describe la creación del hombre a imagen y semejanza de Dios. «Dios, en el séptimo día, llevó a cumplimiento el trabajo que había hecho y cesó en el séptimo día de todo el trabajo que había emprendido”. Dios – afirma el Pontífice – entrega su actividad, su trabajo, al hombre, para que colabore con él. El trabajo humano es la vocación recibida de Dios y hace al hombre semejante a Dios porque con el trabajo el hombre es capaz de crear. Por ello, dijo el Papa, el trabajo da dignidad. Pero esta dignidad muchas veces es pisoteada, así como lo han pisoteado en la historia, incluso hoy hay muchos esclavos, esclavos del trabajo para sobrevivir: trabajo forzado, mal pagado, con la dignidad pisoteada. Se le quita la dignidad a la gente. Por ello, cualquier injusticia cometida contra el trabajador es un atropello a la dignidad humana. Hoy nos unimos a muchos creyentes y no creyentes que celebran este día del trabajador para aquellos que luchan por la justicia en el trabajo. El Papa pidió por los buenos empresarios que no quieren despedir a la gente, que cuidan a los trabajadores como si fueran sus hijos, y pide a San José para que nos ayude a luchar por la dignidad del trabajo, para que haya trabajo para todos y que sea un trabajo digno. Homilía: “Trabajo digno para todos” A continuación el texto de la homilía según nuestra transcripción y al mismo tiempo te invitamos a seguir la Santa Misa (video integral) desde nuestro canal de Youtube: Dios creó. Un Creador. Creó el mundo, creó al hombre y le dio al hombre una misión: administrar, trabajar, llevar adelante la creación. Y la palabra «trabajo» es lo que la Biblia usa para describir esta actividad de Dios: «Él llevó a término la obra que había hecho y cesó en el séptimo día de toda su obra», y le dio esta actividad al hombre: «Debes hacer esto, cuidar aquello, aquello otro, debes trabajar para crear conmigo – es como si Él lo dijera – este mundo, para que pueda continuar. Tanto es así que el trabajo no es más que la continuación del trabajo de Dios: el trabajo humano es la vocación del hombre recibida de Dios para la creación del universo. Y el trabajo es lo que hace al hombre semejante a Dios, porque con el trabajo el hombre es un creador, es capaz de crear, de crear muchas cosas, incluso de crear una familia para seguir adelante. El hombre es un creador y crea con el trabajo. Esta es la vocación. Y dice en la Biblia que «Dios vio lo que había hecho y vio que era algo muy bueno. Es decir, el trabajo tiene en sí mismo una bondad y crea la armonía de las cosas – belleza, bondad – e involucra al hombre en todo: en su pensamiento, en su actuación, en todo. El hombre está involucrado en el trabajo. Es la primera vocación del hombre: trabajar. Y esto le da dignidad al hombre. La dignidad que lo hace parecerse a Dios. La dignidad del trabajo. Una vez, en una Cáritas, a un hombre que no tenía trabajo y fue a Cáritas a buscar algo para su familia, un empleado de Cáritas le dijo: «Por lo menos puedes llevar pan a casa» – «Pero esto no es suficiente para mí, no es suficiente», fue la respuesta: «Quiero ganarme el pan para llevarlo a casa». Le faltaba la dignidad, la dignidad de «hacer» el pan él mismo, con su trabajo, y llevárselo a casa. La dignidad del trabajo, que es tan pisoteada, por desgracia. En la historia hemos leído la brutalidad que hicieron con los esclavos: los trajeron de África a América – pienso en esa historia que toca a mi tierra – y decimos «qué barbaridad»… Pero aún hoy hay tantos esclavos, tantos hombres y mujeres que no son libres para trabajar: se ven obligados a trabajar, a sobrevivir, nada más. Son esclavos: trabajo forzado… son trabajos forzados, injustos, mal pagados y que llevan al hombre a vivir con la dignidad pisoteada. Hay muchos, muchos en el mundo. Muchos. En los periódicos de hace unos meses leímos, en ese país de Asia, cómo un caballero había apaleado hasta la muerte a uno de sus empleados que ganaba menos de medio dólar al día, porque había hecho algo mal. La esclavitud de hoy es nuestra «indignidad» porque nos quita la dignidad a los hombres, mujeres y a todos nosotros. «No, yo trabajo, tengo mi dignidad»: sí, pero tus hermanos, no. «Sí, padre, es verdad, pero esto, como está tan lejos, me cuesta entenderlo. «Pero aquí en nuestra casa…»: «Aquí también, entre nosotros. Aquí, entre nosotros. Piensa en los trabajadores, en los diarios, que los hacen trabajar por un

30
Abr

La oración especial del Papa Francisco por las víctimas anónimas de la pandemia

Vaticano.- En la misa de Santa Marta, Francisco piensa en los que murieron a causa del Covid-19, rezando especialmente por los muertos anónimos enterrados en fosas comunes. En su homilía, recordó que proclamar a Jesús no es hacer proselitismo, sino dar testimonio de la fe con la vida y rezar al Padre para que atraiga la gente al Hijo. El Papa Francisco presidió la misa en la Casa Santa Marta el jueves de la tercera semana de Pascua. En la introducción dirigió sus pensamientos a las víctimas del nuevo coronavirus: Recemos hoy por los muertos, los que murieron por la pandemia; y también de manera especial por los muertos – digamos – anónimos: hemos visto las fotografías de las fosas comunes. Muchos… En su homilía, el Papa comenta el pasaje de hoy de los Hechos de los Apóstoles (Hechos 8:26-40) que relata el encuentro de Felipe con un eunuco etíope, funcionario de Candáce, deseoso de comprender quién era, tal como lo describió el profeta Isaías: «Como una oveja fue llevado al matadero. Después de que Felipe le explicara que era Jesús, el etíope se dejó bautizar. Es el Padre -afirma Francisco recordando el Evangelio de hoy (Jn 6, 44-51)- quien nos lleva al conocimiento del Hijo: sin esta intervención no podemos conocer el misterio de Cristo. Esto es lo que le pasó al funcionario etíope, que al leer al profeta Isaías tuvo una inquietud puesta en su corazón por el Padre. Esto – observa el Papa – también se aplica a la misión: no convertimos a nadie, es el Padre quien atrae. Podemos simplemente dar un testimonio de fe. El Padre atrae a través del testimonio de la fe. Es necesario rezar para que el Padre atraiga a la gente a Jesús: el testimonio y la oración son necesarios. Este es el centro de nuestro apostolado. Preguntémonos: ¿doy testimonio con mi forma de vida, rezo para que el Padre atraiga a la gente a Jesús? Ir a una misión no es hacer proselitismo, es ser testigo. No convertimos a nadie, es Dios quien toca los corazones de la gente. Pidamos al Señor – esta es la oración conclusiva del Papa – la gracia de vivir nuestro trabajo con el testimonio y la oración para que pueda atraer a la gente a Jesús. A continuación, el texto de la homilía (transcripción de trabajo no oficial): «Nadie puede venir a mí si el Padre no lo atrae»: Jesús recuerda que incluso los profetas habían predicho esto: «Y todos serán instruidos por Dios». Es Dios quien atrae al conocimiento del Hijo. Sin esto, uno no puede conocer a Jesús. Sí, uno puede estudiar, incluso estudiar la Biblia, incluso saber cómo nació, lo que hizo. Pero conocerlo desde dentro, conocer el misterio de Cristo es sólo para aquellos que son atraídos por el Padre. Esto es lo que le pasó a este Ministro de Economía de la Reina de Etiopía. Se puede ver que era un hombre piadoso y que se tomaba el tiempo, en muchos de sus asuntos, para ir a adorar a Dios. Un creyente. Y regresó a casa leyendo al profeta Isaías. El Señor toma a Felipe, lo envía a ese lugar y le dice: «Ve al lado, detente en ese carruaje», y escucha al ministro leyendo a Isaías. Se acerca a él y le hace una pregunta: «¿Lo entiendes?» – «¡Pero, cómo puedo entenderlo si nadie me guía!», y hace la pregunta: «¿De quién dice esto el profeta?» «Por favor, sube al carruaje», y durante el viaje – no sé cuánto tiempo, creo que al menos un par de horas – Felipe explicó: Jesús explicó. Esa inquietud que este señor tenía en la lectura del profeta Isaías era la del Padre, que lo acercaba a Jesús: lo había preparado, lo había traído de Etiopía a Jerusalén para adorar a Dios y luego, con esta lectura, había preparado su corazón para revelar a Jesús, hasta el punto de que en cuanto vio el agua dijo: «Puedo ser bautizado». Y él creyó. Y esto – que nadie puede conocer a Jesús sin que el Padre lo atraiga – es válido para nuestro apostolado, para nuestra misión apostólica como cristianos. También pienso en las misiones. «¿Qué vas a hacer en las misiones?» – «Yo, convirtiendo a la gente» – «Pero detente,  ¡no estás convirtiendo a nadie! El Padre atraerá a esos corazones para que reconozcan a Jesús». Ir a una misión es dar testimonio de tu fe; sin testimonio no harás nada. Ir a la misión… ¡y los misioneros son buenos! – no significa hacer grandes estructuras, cosas… y detenerse así. No: las estructuras deben ser testimonios. Podéis hacer una estructura hospitalaria, educativa, de gran perfección, de gran desarrollo, pero si una estructura está sin testimonio cristiano, vuestra obra no será una obra de testimonio, una obra de verdadera predicación de Jesús: será una sociedad de beneficencia, ¡muy buena, muy bien! – pero nada más. Si quiero ir a una misión, y digo esto si quiero ir a hacer un apostolado, tengo que ir con la voluntad del Padre para atraer a la gente a Jesús, y esto es lo que hace el testimonio. Jesús mismo se lo dijo a Pedro cuando confesó que Él es el Mesías: «Eres feliz, Simón Pedro, porque el Padre te lo ha revelado». Es el Padre quien atrae, y también atrae con nuestro testimonio. «Haré muchas obras, aquí, de aquí, desde allá, de educación, esto, lo otro…», pero sin testimonio son cosas buenas, pero no son la proclamación del Evangelio, no son lugares que den la posibilidad de que el Padre atraiga al conocimiento de Jesús. Trabajar y ser testigo. «¿Pero cómo puedo hacer que el Padre se moleste en atraer a esa gente?». Oración. Y esta es la oración para las misiones: rezar para que el Padre atraiga a la gente a Jesús. El testimonio y la oración, van juntos. Sin testimonio y oración no se puede hacer predicación apostólica, no se puede hacer anuncio. Dará un hermoso sermón