Papa Francisco en el Ángelus: dejemos subir a Jesús a la barca de nuestra vida

07
Feb
2022

Vaticano.- Este V Domingo del Tiempo Ordinario, a la hora de rezar la oración mariana del Ángelus, el Santo Padre recordó que, “siempre podemos volver a empezar, el Señor siempre nos invita a volver a ponernos en juego porque Él abre nuevas posibilidades”.

“Ahuyentemos el pesimismo y la desconfianza y entremos mar adentro con Jesús. Incluso nuestra pequeña barca vacía será testigo de una pesca milagrosa”, lo dijo el Papa Francisco en su alocución antes de rezar la oración mariana del Ángelus, de este V Domingo del Tiempo Ordinario. Comentando el Evangelio que la liturgia presenta este domingo, el Pontífice recordó que, una multitud seguía a Jesús a orillas del mar de Galilea, donde también se encontraban algunos pescadores decepcionados, entre ellos Simón Pedro, que lavan sus redes después de una noche de pesca infructuosa. Luego subió a una barca, y Jesús los invitó a ir mar adentro y echar de nuevo las redes.

Dos acciones de Jesús: enseñar y volver a empezar

En este contexto, el Santo Padre se detuvo a reflexionar en dos acciones de Jesús: el primero, sube a la barca y, luego, invita a ir mar adentro. Explicando esta primera acción, el Papa señaló que, Jesús sube a la barca de Simón para enseñar. “Pide precisamente esa barca, que no está llena de peces, sino que ha regresado a la orilla vacía, tras una noche de trabajo y decepción. Es una bella imagen para nosotros también – indicó el Pontífice – cada día la barca de nuestra vida abandona la orilla de nuestro hogar para adentrarse en el mar de las actividades cotidianas; cada día intentamos ‘pescar mar adentro’, cultivar sueños, llevar adelante proyectos, vivir el amor en nuestras relaciones”. Pero a menudo, como Pedro, precisó el Papa, experimentamos la “noche de las redes vacías”, la decepción de esforzarse tanto y no ver los resultados deseados.

“‘Hemos trabajado toda la noche y no hemos pescado nada’ (v. 5). Cuántas veces también nosotros nos quedamos con una sensación de derrota, mientras la decepción y la amargura surgen en nuestros corazones”

Nuestra barca vacía, la cátedra de Jesús

En este sentido, el Papa Francisco señaló que, Jesús elige subirse a nuestra barca. Desde allí quiere anunciar el Evangelio al mundo. “Precisamente esa barca vacía, símbolo de nuestra incapacidad – subrayó el Pontífice – se convierte en la ‘cátedra’ de Jesús, en el púlpito desde el que proclama la Palabra. Esto es lo que le gusta hacer al Señor: subir a la barca de nuestra vida cuando no tenemos nada que ofrecerle; entrar en nuestros vacíos y llenarlos con su presencia; servirse de nuestra pobreza para proclamar su riqueza, de nuestras miserias para proclamar su misericordia”. Recordemos esto, señaló el Papa, Dios no quiere un crucero, le basta con una pobre barca “destartalada”, siempre que lo acojamos.

“A veces nos sentimos indignos de Él porque somos pecadores. Pero esta es una excusa que no le gusta al Señor, porque lo aleja de nosotros. Es el Dios de la cercanía: no busca el perfeccionismo, sino la acogida. También a ti te dice: ‘Déjame subir a la barca de tu vida, tal como es’”

Con Jesús se navega por el mar de la vida sin miedo

La segunda acción sobre la que reflexionó el Santo Padre se refiere a, como el Señor reconstruye la confianza de Pedro. Tras subir a su barca, después de predicar, le dice: «Rema mar adentro». “No era una hora adecuada para pescar, pero Pedro confía en Jesús. No se apoya en las estrategias de los pescadores, que conocía bien, sino en la novedad de Jesús”. Lo mismo ocurre con nosotros, agregó el Papa, si acogemos al Señor en nuestra barca, podemos ir mar adentro. Con Jesús se navega por el mar de la vida sin miedo, sin ceder a la decepción cuando no se pesca nada, y sin ceder al “no hay nada más que hacer”. Siempre, tanto en la vida personal como en la vida de la Iglesia y de la sociedad, se puede hacer algo que sea hermoso y valiente. Siempre podemos volver a empezar, el Señor siempre nos invita a volver a ponernos en juego porque Él abre nuevas posibilidades.

El Santo Padre concluyó su alocución alentándonos a aceptar la invitación de Jesús que nos dice: “ahuyentemos el pesimismo y la desconfianza y entremos mar adentro con Jesús. Incluso nuestra pequeña barca vacía será testigo de una pesca milagrosa”. Finalmente, el Papa pidió a María, que ella como ninguna otra que acogió al Señor en la barca de la vida, nos anime e interceda por nosotros.

Después de rezar la oración mariana del Ángelus, el Papa Francisco ha expresado sus saludos a la Iglesia en Italia, que celebra la 44 Jornada de la Vida, evento promovido por la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) y ha narrado dos historias que precisamente hablan de la vida, en la que nos muestran que, en medio de tantas malas noticias, hay cosas hermosas, hay santos de la puerta de al lado.

Custodiar toda vida, especialmente las categorías más débiles

“Hoy, en Italia – afirmó el Santo Padre – se celebra la Jornada por la Vida, bajo el lema ‘Custodiar toda vida’. Este llamamiento es válido para todos, especialmente para las categorías más débiles: los ancianos, los enfermos e incluso los niños a los que se les impide nacer. Me uno a los Obispos italianos en la promoción de la cultura de la vida como respuesta a la lógica del descarte y al declive demográfico. ¡Toda vida debe ser preservada, siempre!”

Dos historias que nos hablan de la vida

En este contexto, el Santo Padre ha narrado dos historias de vida, dos testimonios que nos hablan de como se puede hacer para salvar una vida humana. El Pontífice ha señalado que, estamos acostumbrados a ver y leer tantas malas noticias, pero hoy ha presentado dos cosas hermosas: “una, en Marruecos, cómo todo un pueblo se unió para salvar a Rayan. ¡Estaba toda la población, allí, trabajando para salvar a un niño! Se esforzaron al máximo: por desgracia, no lo consiguieron. Pero ese ejemplo – lo leía hoy en el Messaggero dijo el Papa – esas fotografías de un pueblo, allí, esperando para salvar a un niño. Gracias a estas personas por este testimonio”.

La segunda historia ocurrió en Italia, una historia dijo el Papa que no saldrá en el periódico. En Monferrato, John, un chico ghanés, de 25 años, emigrante, que sufrió todo lo que sufren muchos emigrantes para llegar aquí, y al final se instaló en Monferrato, empezó a trabajar, a hacer su futuro en una empresa de vinos. Y entonces cayó enfermo de un terrible cáncer: y se está muriendo. Y cuando le dijeron la verdad, lo que le hubiera gustado hacer, él respondió: volver a casa para abrazar a mi padre antes de morir. Al morir, pensó en su padre. Y en ese pueblo de Monferrato hicieron inmediatamente una colecta y, lo llenaron de morfina, lo subieron a un avión, a él y a un compañero y lo enviaron para que muriera en los brazos de su papá.

Esto, concluyó el Papa, nos muestra que hoy, en medio de tantas malas noticias, hay cosas hermosas, hay santos de la puerta de al lado. Gracias por estos dos testimonios que nos hacen bien.

Saludos a los fieles y peregrinos

Finalmente, el Santo Padre saludó a los romanos y peregrinos. En particular, a los de Alemania, Polonia y Valencia (España); así como los universitarios de Madrid y los fieles de la parroquia de San Francisco de Asís en Roma. También dirigió un saludo especial a las Religiosas del grupo Talitha Kum, comprometidas contra la trata: “gracias. Gracias por lo que hacen, por su valor. Gracias. Los animo en su trabajo y bendigo la estatua de Santa Josefina Bakhita”.

Prensa CEV
Nota de prensa de Vatican News
07 de febrero de 2022