Mons. Fernando Castro sobre el Cardenal Urosa: un hombre que sufría con los dolores de la gente

27
Sep
2021

Caracas.- El sábado 25 de septiembre de 2021, en la parroquia Sagrada Familia de Nazareth y San Josemaría de la Arquidiócesis de Caracas, tuvo lugar una Eucaristía en sufragio por el descanso del Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo Emérito de Caracas fallecido el jueves 23 de septiembre de 2021.

La Santa Misa fue presidida por el Cardenal Baltazar Porras, Arzobispo de Mérida y Administrador Apostólico de Caracas, y concelebrada por Mons. José Trinidad Fernández, Obispo electro de Trujillo y Secretario General de la Conferencia Episcopal Venezolana, Mons. Ricardo Barreto, Obispo auxiliar de Caracas y Mons. Fernando Castro, Obispo de Margarita, quien dirigió palabras de homenaje al Cardenal Urosa durante la homilía.

«Hoy celebramos esta santa Eucaristía con una profunda fe en Jesucristo vivo y resucitado que está a la derecha del Padre. La muerte no tiene la última palabra, sino que la tiene la vida», expresó Mons. Castro. «Con una confianza fruto de la fe y la esperanza, en espera de participar de la Resurrección de Cristo, el Cardenal Urosa podría decir, con san Pablo: ”He librado el buen combate, he mantenido la fe”. Y añadir “Todo está cumplido”, afirmó.

Señaló que en el Cardenal Urosa «hubo signos del Señor resucitado: un gran amor a Dios y a la Iglesia, una gran fe en la oración y una notoria hombría de bien. Estos rasgos, con sus características propias, eran palpables a todos», aseveró; «Fue un hombre de Dios y un hombre con los pies en el suelo, que recorría caminos muchas veces polvorientos y con dificultades. Y que sufría con los dolores de la gente, de la Iglesia y de Venezuela».

«Yo puedo afirmar, que el Cardenal Urosa cuidaba de su carácter para atender y no tomar decisiones apresuradas, era notorio su esfuerzo por dominarse, serenarse y tomar las cosas importantes con calma y serenidad. En los años que lo conocí, sonreía cuando estaba ralentizando sus reacciones», comentó Mons. Castro. «Soy un testigo de su corrección y paciencia ante lo adverso o desagradable a él. Fomentó las virtudes de la prudencia, la escucha y la ponderación, junto a una gran corrección y elegancia humana. Todo esto para lanzarse luego a una proactividad sostenida», resaltó. «Esas características de su modo de ser, iluminadas por la fe y la razón, son signos de Jesús resucitado. Pero sobre todo su fe en Dios».

Finalmente, destacó que el Cardenal Urosa «fue un hombre valiente. Sin ambages, con claridad y corrección, fue un hombre comprometido con su pueblo: su predicación sobre Jesucristo fue vigorosa y clara» y que esta valentía «lo ha hecho un gran venezolano que sin duda pasará a la historia como un hombre que ha luchado por su patria». «Que sus restos sean la levadura de un cambio para que pueda instaurarse el Reino de verdad y de vida, de santidad y de gracia, de justicia de amor y de paz que el Señor ha prometido para su pueblo», concluyó.

Prensa CEV
Fotografía: Arquidiócesis de Caracas
27 de septiembre de 2021