León XIV y el Patriarca Bartolomé saludan y bendicen al pueblo desde El Fanar

01
Dic
2025

Vaticano. El último acto público del viaje apostólico del Pontífice a Turquía consistió en la bendición ecuménica conjunta impartida a la multitud congregada en el patio frente a la Iglesia de San Jorge, donde se celebró la Divina Liturgia. Un abrazo entre los dos selló los dos días de ecumenismo del Papa en Estambul. Por la tarde, la partida hacia Beirut y los primeros encuentros institucionales.

Bendijeron a la multitud que se había reunido, después de la Divina Liturgia, en la plaza fuera de la Iglesia Patriarcal de San Jorge. Obispos, cardenales, arzobispos, hieromonjes, sacerdotes. Luego se tomaron de la mano, intercambiaron un beso fraterno y entraron, uno al lado del otro, en la sede del Patriarcado. La bendición ecuménica conjunta del Papa León XIV y Bartolomé I, patriarca ecuménico de Constantinopla, en El Fanar fue el último acto público del viaje del Pontífice a Turquía. El Pontífice ya ha partido hacia el Líbano, la segunda etapa de su primer viaje internacional.

La mañana del último día

El Pontífice concluyó por la mañana su peregrinación en el país, cruce entre Europa y Asia. Una peregrinación imbuida de ecumenismo –a excepción del primer día, dedicado a los encuentros con las autoridades– con la conmemoración de los 1700 años del Concilio de Nicea y las posteriores celebraciones, durante las cuales Bartolomé estuvo siempre a su lado.

Al día siguiente de la firma de una Declaración Conjunta, el Papa asistió a la Divina Liturgia presidida por el patriarca en el pequeño tesoro de obras de arte, iconos antiguos y preciosos ornamentos que es la iglesia de San Jorge. El Pontífice se unió a ella después de haberse reunido con la comunidad armenia en la Catedral Apostólica Armenia en el barrio de Kumkapı, un lugar de comercio, especialmente de pieles y ropa.

Junto al patriarca Sahak II, León XIV fue recibido con un estruendoso aplauso por dos largas filas de niños de las escuelas locales que llevaban una bufanda roja con el escudo de armas del pontificado y el logotipo del viaje apostólico. Detrás, los aberghas, sacerdotes y monjes armenios, con su tradicional veghar (el capuchón negro puntiagudo); alrededor, los representantes de las dernek, las asociaciones de apoyo financiero de toda la comunidad; en el aire, el humo del incienso, el toque de las campanas y el sonido de características cruces con campanillas. Un rápido momento litúrgico que fue seguido por el más largo y solemne de la Divina Liturgia, la celebración eucarística del rito bizantino utilizada por la Iglesia Ortodoxa y en las Iglesias Orientales.

La reliquia de San Pedro y la bendición ecuménica

Al final de la función, durante la cual tanto el Papa como el patriarca pronunciaron una homilía, todos los participantes se reunieron en el patio mirando al balcón de madera donde ondeaban los dos tapices: uno rojo y dorado con el escudo de armas del Papa León y el otro burdeos, de terciopelo, con el símbolo del Patriarcado Ecuménico. El Papa y Bartolomé I veneraron un relicario que contenía una reliquia de San Pedro, donación esta última del Papa Francisco en 2019.

Luego se dirigieron, subiendo juntos las escaleras, hacia el balcón adornado con flores y desde allí impartieron la bendición conjunta. Sus predecesores ya lo habían hecho en el pasado. Es un signo de la fraternidad y la comunión entre la Iglesia de Roma y la de Constantinopla que desde 1964 –es decir, desde aquel histórico encuentro entre Pablo VI y Atenágoras en Jerusalén que revocó las excomuniones recíprocas– intercambian las respectivas delegaciones con motivo de sus respectivas fiestas de los santos patronos: en Roma el 29 de junio, memoria litúrgica de los Santos Pedro y Pablo; el 30 de noviembre, en Estambul para las celebraciones de San Andrés Apóstol.

Por la tarde, el vuelo a Beirut

El Papa almorzó en el Fanar, donde, en la Sala del Trono, se llevó a cabo una última conversación con Bartolomé en presencia de algunos altos dignatarios del Patriarcado.

La siguiente dirección fue el aeropuerto de Estambul Atatürk, donde se llevó a cabo la ceremonia de despedida de Turquía, con el saludo de las respectivas Delegaciones y la Guardia de Honor.

Le espera el País de los Cedros, que vio la última visita del Papa con el viaje de Benedicto XVI en septiembre de 2012. Mientras tanto, crisis políticas y sociales, el recrudecimiento de la pobreza, la ya mencionada explosión del puerto de Beirut, el drama de las migraciones, en particular de los jóvenes, la dificultad en la acogida –que nunca ha faltado– a los refugiados, sobre todo a los sirios, la guerra con los recientes bombardeos de Israel en los barrios de Hezbolá.

El Papa León es esperado en el Líbano para cuarenta y ocho horas intensas entre citas institucionales, empezando por la de hoy con el presidente Joseph Aoun, al frente del país desde hace once meses, en el Palacio Presidencial. Luego tendrá encuentros religiosos, interreligiosos, pastorales, y el momento más esperado será la oración silenciosa frente al monumento de acero del puerto de Beirut, en la parte oriental de la bahía de San Jorge, donde están grabados uno por uno los nombres de los muertos a causa de la trágica explosión de 2020. Allí también estarán presentes algunos supervivientes y familiares de las víctimas.

01 de diciembre de 2025
Fuente: Vatican News
CEV Medios