Categoría: Eclesial Internacional

03
Nov

El Papa León XIV recibe a la Conferencia Eclesial de la Amazonía y resalta el valor de la sinodalidad en la misión amazónica

El Papa León XIV recibió en audiencia a la delegación de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (Ceama), en un encuentro marcado por la gratitud, la escucha y la esperanza. “Un signo de que el Sínodo continúa caminando” Durante la reunión, los representantes de la Ceama compartieron con el Santo Padre los avances en sus horizontes apostólicos sinodales, los desafíos pastorales en el corazón de la Amazonía y los frutos del camino recorrido desde su creación. El Cardenal Pedro Barreto, presidente de la Ceama, recordó que este organismo “nació como fruto del Sínodo para la Amazonía” celebrado en 2019, y fue oficialmente constituido el 29 de junio de 2020 como una expresión concreta de la sinodalidad vivida en la región: “La Ceama refleja la comunión viva entre los pueblos, la vida consagrada, los obispos, los laicos, los sacerdotes y los pueblos originarios. Es un signo de que el Sínodo continúa caminando”, subrayó el purpurado. El Papa León XIV agradeció los testimonios y resaltó la riqueza de la experiencia amazónica como ejemplo de lo que significa “caminar juntos en la Iglesia”: un modelo de participación, discernimiento y servicio inspirado en el Evangelio. “La sinodalidad se aprende desde los márgenes” Según informó la Ceama, durante la audiencia, el Papa participó su cercanía con los pueblos amazónicos y su admiración por la fe sencilla y comunitaria de sus comunidades: “Gracias por cuidar ese corazón y por recordarnos que la sinodalidad se aprende desde los márgenes, donde el Espíritu habla con fuerza”, expresó el Pontífice. Asimismo, animó a la Ceama a seguir siendo voz profética ante los desafíos sociales, ecológicos y espirituales de la región, promoviendo redes de esperanza y compromiso. Entre los temas abordados, se habló del aporte de las mujeres en la misión eclesial. La Hna. Laura Vicuña señaló que “la presencia femenina es esencial en los procesos de evangelización y de sinodalidad; son las mujeres las que sostienen la fe, acompañan las comunidades y custodian la vida en el territorio”. El Papa reconoció con gratitud este protagonismo y alentó a seguir fortaleciendo la participación de las mujeres consagradas y laicas en la vida eclesial. Horizontes apostólicos sinodales El Mons. Zenildo Lima, presidente de la Ceama, presentó el proceso de discernimiento en curso para definir los Horizontes Apostólicos Sinodales, fruto de la escucha y el diálogo con las Iglesias locales, las conferencias episcopales y los pueblos amazónicos.“Tenemos la certeza de que el Espíritu está guiando un proceso. La Amazonía nos enseña que la sinodalidad no se decreta, se vive”, sostuvo. El Papa León XIV alentó a continuar este discernimiento “con paciencia y esperanza”, recordando que “los verdaderos procesos del Espíritu crecen sin prisa: en silencio, con tiempo y avanzando todos al mismo ritmo”. La delegación también compartió los resultados del reciente Encuentro de Obispos de la Amazonía, realizado en Bogotá, que reunió a más de 90 prelados de toda la región. Este espacio reforzó la articulación eclesial amazónica y el deseo de las Iglesias locales de caminar unidas en misión y comunión. Presencia cercana Al final del encuentro, la delegación ofreció al Papa un chinchorro tejido en fibra de moriche, elaborado por Karismar Sánchez, mujer indígena Warao, como símbolo de comunión entre los pueblos amazónicos. Por su parte, Mauricio López, secretario ejecutivo de la Ceama, expresó tras la audiencia:“Tres cosas me han quedado resonando fuerte en el corazón luego del encuentro contigo, León XIV: escucha serena, presencia cercana y transparencia valiente”. 03 de noviembre de 2025Fuente: CELAMCEV Medios

03
Nov

El Papa: Newman, Doctor de la Iglesia, luz para las nuevas generaciones

Vaticano. En la solemnidad de Todos los Santos, hoy 1 de noviembre, el Papa León XIV presidió la Santa Misa en la plaza de San Pedro con motivo del Jubileo del Mundo Educativo y proclamó a San John Henry Newman como Doctor de la Iglesia. El Pontífice subrayó que en el centro de los itinerarios educativos deben estar personas de carne y hueso, especialmente aquellas que parecen no producir, según los parámetros de una economía que excluye y mata. “Brillen hoy como haces de luz en el mundo”: fue la invitación del Papa León XIV a los educadores y a las instituciones educativas, en la homilía de la misa con motivo del Jubileo del Mundo Educativo, celebrada en la plaza de San Pedro, en la Solemnidad de Todos los Santos, durante la cual el Pontífice proclamó a san John Henry Newman «Doctor de la Iglesia». En esta solemnidad de Todos los Santos, es una gran alegría inscribir a san John Henry Newman entre los doctores de la Iglesia y, al mismo tiempo, con motivo del Jubileo del Mundo Educativo, nombrarlo copatrono, junto con santo Tomás de Aquino, de todas las personas que forman parte del proceso educativo Dirigiéndose a los miles de fieles, romanos y peregrinos llegados de distintas partes del mundo y ante la presencia de la delegación oficial de la Iglesia de Inglaterra, encabezada por el arzobispo de York Stephen Cottrell, el Pontífice evidenció la “imponente estatura cultural y espiritual” del teólogo y cardenal inglés hoy 38º Doctor de la Iglesia, “fuente de inspiración para las nuevas generaciones “con un corazón sediento de infinito”. Escuelas y universidades, «laboratorios de profecía» El Pontífice se refirió a la vida de los santos que demuestra que es posible vivir con pasión y esperanza en medio de la complejidad del presente, sin dejar de lado el mandato apostólico de “brillar como haces de luz en el mundo” porque “el amor cristiano es profético, hace milagros” (cf. Exhort. ap. Dilexi te, 120). Recordando que el Jubileo “es una peregrinación en la esperanza”, destacó como en el campo educativo “la esperanza sea una semilla indispensable”. Y añadió: Cuando pienso en las escuelas y en las universidades, las considero como laboratorios de profecía, en donde la esperanza se vive, se manifiesta y se propone continuamente. Reflexionando sobre Evangelio de las Bienaventuranzas proclamado hoy, destacó como éstas traen consigo una nueva interpretación de la realidad y son “el camino y el mensaje de Jesús educador”. A primera vista – añadió – parece imposible declarar bienaventurados a los pobres, a aquellos que tienen hambre y sed de justicia, a los perseguidos o a los trabajan por la paz. Pero, aquello que parece inconcebible en la gramática del mundo, se llena de sentido y de luz en la cercanía del Reino de Dios. Las Bienaventuranzas, sin embargo, no son una enseñanza más, son la enseñanza por excelencia. Del mismo modo, el Señor Jesús no es uno entre tantos maestros, sino el Maestro por excelencia. Más aún, es el Educador por excelencia. La educación luz que guía Inspirado en el conocido himno de Newman Lead, kindly light (Guíame, Luz amable), el Santo Padre señaló que la educación debe ofrecer esa luz que guía a quienes se encuentran atrapados en las sombras del pesimismo y el miedo. “Desarmemos las falsas razones de la resignación –pidió– y difundamos las grandes razones de la esperanza”. El Pontífice animó a hacer de las escuelas, universidades y espacios educativos “umbrales de una civilización del diálogo y la paz”, reflejo de la enorme muchedumbre  “de todas las naciones, familias, pueblos y lenguas” de la que habla el libro del Apocalipsis. Cada persona tiene una misión León XIV recordó uno de los pensamientos más célebres de Newman: “Dios me ha creado para realizar un servicio definido. Me ha encomendado alguna obra que no ha dado a otro. Tengo mi misión”. En estas palabras –dijo– encontramos expresado de manera espléndida “el misterio de la dignidad de cada persona humana y también el de la variedad de los dones distribuidos por Dios”. “La vida no se ilumina no porque seamos ricos, bellos o poderosos. Se ilumina cuando uno descubre en su interior esta verdad: Dios me ha llamado, tengo una vocación, tengo una misión, mi vida sirve para algo más grande que yo mismo. Cada criatura tiene un papel que desempeñar”. La educación, camino de santidad En la parte final de su homilía, el Papa destacó que la educación, desde la perspectiva cristiana, “ayuda a todos a ser santos”. Recordó que el Papa Benedicto XVI, al beatificar a Newman en 2010, invitó a los jóvenes a la santidad, porque “Lo que Dios desea más que nada para cada uno de vosotros es que os convirtáis en santos”. “El llamado a la santidad –añadió León XIV– es universal, y las Bienaventuranzas trazan ese camino personal y comunitario hacia la plenitud”. Y finalmente, concluyó su mensaje evocando a San Agustín, tan querido por Newman: “Somos compañeros de escuela con un solo Maestro, cuya escuela y cátedra están en la tierra y en el cielo respectivamente”. 03 de noviembre de 2025Fuente: Vatican NewsCEV Medios  

03
Nov

El Papa León XIV: La resurrección de Jesús, camino hacia la vida eterna

Vaticano. En la solemne celebración de la conmemoración de todos los fieles difuntos en el Cementerio del Verano, el Papa León XIV ofreció una reflexión sobre la memoria, la esperanza y el amor cristiano, invitando a los fieles a mirar la muerte desde la perspectiva de la resurrección de Cristo. «La muerte no es un final, dijo, sino un paso hacia la vida eterna en el amor de Dios” En la Conmemoración de los Fieles Difuntos, el Papa León XIV recordó que la esperanza y la caridad nos unen a los seres queridos fallecidos y nos abren el camino hacia la vida eterna en Cristo. El encuentro con los difuntos: reafirmar la esperanza en la vida El Santo Padre recordó a los presentes que el encuentro con los difuntos no debe ser sólo un momento de nostalgia o de recuerdo, sino una ocasión para reafirmar la esperanza en la vida eterna. “En el día de la muerte, ellos nos han dejado, pero los llevamos siempre con nosotros en la memoria del corazón”, afirmó, subrayando cómo la memoria se mantiene viva en los lugares, los gestos y los aromas que evocan a quienes amamos. “Y cada día, en todo lo que vivimos, esta memoria está viva. Muchas veces hay algo que nos hace recordarlos, imágenes que nos llevan a los momentos que vivimos con ellos. Muchos lugares, incluso los perfumes de nuestras casas nos hablan de aquellos que hemos amado y que nos han dejado, y tienen encendido en nosotros su recuerdo.” Sin embargo, precisó, la fe cristiana transforma la memoria en esperanza futura. No se trata de un simple mirar atrás, sino de proyectar nuestra mirada hacia la meta de la vida: “el puerto seguro que Dios nos ha prometido, hacia la fiesta sin fin que nos aguarda”, citando al profeta Isaías sobre el banquete eterno donde la muerte será vencida para siempre (Is 25,6.8). Jesús nos conduce a casa donde somos esperados, salvados El Papa León XIV explicó que esta esperanza no es un consuelo ilusorio frente al dolor, sino la certeza fundada en la resurrección de Jesús: “Él es el punto de llegada de nuestro caminar. Sin su amor, el viaje de la vida se convertiría en un vagar sin meta, un trágico error con un destino perdido”. Recordó que el Resucitado nos conduce a casa, donde somos esperados, amados y salvados. “Esta “esperanza futura” anima nuestro recuerdo y nuestra oración en este día. No es una ilusión que sirve para aplacar el dolor por la separación de las personas amadas, ni un simple optimismo humano. Es la esperanza fundada en la resurrección de Jesús, que ha vencido la muerte y ha abierto también para nosotros el paso hacia la plenitud de la vida.” Asimismo, destacó que el camino hacia la vida eterna se recorre practicando la caridad en la tierra. La vida de amor hacia los demás, especialmente hacia los más frágiles y necesitados, es el medio por el cual nos anticipamos al banquete celestial y nos unimos a nuestros seres queridos fallecidos. “La caridad vence la muerte. En la caridad Dios nos reunirá junto a nuestros seres queridos”, afirmó, citando las palabras de Jesús en Mateo 25, 35-36. “Y este puerto final, el banquete alrededor del cual el Señor nos reunirá, será un encuentro de amor. Por amor, Dios nos ha creado, en el amor de su Hijo, nos salva de la muerte, en la alegría del amor junto a Él y a nuestros seres queridos, quiere hacernos vivir para siempre. Precisamente por esto, nosotros caminamos hacia la meta y la anticipamos, en un vínculo invencible con aquellos que nos han precedido, sólo cuando vivimos en el amor y practicamos el amor los unos con los otros, en particular con los más frágiles y los más pobres.” Mirar a Cristo y ver a los difuntos envueltos en su luz El Papa concluyó su homilía invitando a los fieles a confiar en la esperanza que no defrauda: mirar a Cristo resucitado y considerar a los difuntos envueltos en su luz, conscientes de que la promesa de vida eterna nos sostiene y guía, enjugando nuestras lágrimas y dirigiendo nuestra mirada hacia un futuro pleno en Dios. En un día marcado por la ausencia de los seres queridos, las palabras de León XIV recordaron que la muerte no es un final definitivo, sino un paso hacia la plenitud de la vida junto a Cristo. La Conmemoración de los Fieles Difuntos se convierte así en una oportunidad para reafirmar la fe, vivir en caridad y mantener viva la esperanza de un reencuentro eterno. “Queridos hermanos y hermanas, mientras el dolor por la ausencia de quien no está ya con nosotros permanece impreso en nuestro corazón, confiémonos en la esperanza que no defrauda (cf. Rm 5,5); miremos a Cristo resucitado y pensemos en nuestros seres queridos difuntos como envueltos por su luz; dejemos resonar en nosotros la promesa de vida eterna que el Señor nos dirige. Él eliminará la muerte para siempre. Él la ha vencido para siempre abriendo un paso de vida eterna —es decir, haciendo Pascua— en el túnel de la muerte, para que, unidos a Él, también nosotros podamos entrar en él y atravesarlo.” A su regreso al Vaticano, el Santo Padre se dirigió a las Grutas de la Basílica Vaticana para un momento de oración privada por los pontífices difuntos. 03 de noviembre de 2025Fuente: Vatican NewsCEV Medios

03
Nov

El Papa León XIV: Nadie se perderá, porque el amor de Dios alcanza a todos

Vaticano. En el Ángelus de este domingo, conmemoración de todos los fieles difuntos, el Papa León XIV invitó a los fieles a contemplar la resurrección de Cristo como la gran esperanza que ilumina la vida y la muerte de cada persona. En el marco de la Conmemoración de todos los fieles difuntos, el Papa León XIV subrayó que el corazón del Evangelio es la certeza de que “nadie se pierde para siempre, porque la voluntad de Dios es que todos tengan vida”. “La voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda nada de lo que él me dio, sino que lo resucite en el último día” (Jn 6,39), recordó el Papa citando el Evangelio de san Juan. Estas palabras, explicó, revelan la preocupación profunda de Dios por cada ser humano: que todos encuentren su lugar en la plenitud del amor divino. “Por lo tanto, el núcleo de la preocupación de Dios está claro: que nadie se pierda para siempre, que cada uno tenga su lugar y resplandezca en su unicidad.” Una comunión que abarca todas las diferencias León XIV relacionó la Fiesta de Todos los Santos, celebrada el día anterior, con la Conmemoración de los Difuntos, presentándolas como dos dimensiones de una misma realidad: la comunión universal del amor de Dios. La Solemnidad de Todos los Santos, dijo, es la fiesta que celebra la comunión entre todos los hijos e hijas de Dios. El deseo de participar en la vida divina está inscrito en el corazón humano y se manifiesta como búsqueda de reconocimiento, atención y alegría. Y luego citó al Papa Benedicto XVI cuando escribió al respecto: “la expresión “vida eterna” trata de dar un nombre a esta espera irreprimible: no es un continuo sucederse de días sin fin, sino el sumergirse en el océano infinito del amor, en el que el tiempo, el antes y el después ya no existen más. Una plenitud de vida y de felicidad: es esto lo que esperamos y aguardamos de nuestro estar con Cristo” Memoria y esperanza ante la muerte El Pontífice señaló que el recuerdo de los difuntos no es un ejercicio de nostalgia, sino un acto de fe y esperanza. “Sin la memoria viva de Jesús —advirtió—, cada vida corre el riesgo del olvido; pero en Él, incluso quien no tiene quien lo recuerde conserva su infinita dignidad”, y añadió: “Jesús, la piedra que los constructores ha rechazado, es ahora la piedra angular (cf. Hch 4,11). Este es el anuncio pascual. Por esta razón, los cristianos recuerdan desde siempre a los difuntos en cada Eucaristía, y hasta la fecha piden que sus seres queridos sean mencionados en la plegaria eucarística. Desde aquel anuncio surge la esperanza de que nadie se perderá.” La voz que viene del futuro Al final del Ángelus, León XIV invitó a los fieles a que la visita a los cementerios no sea solo un momento de silencio o nostalgia, sino una afirmación de fe en la resurrección. “Cuando profesamos: ‘Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro’, conmemoramos el futuro —dijo—. No vivimos encerrados en el pasado ni en el presente, sino abiertos a la vida nueva que Cristo promete”. Con un tono esperanzador, el Papa aseguró que la voz de Jesús nos llama por nuestro nombre y nos prepara un lugar donde el amor vence a la muerte. “Que María, mujer del Sábado Santo, nos enseñe a seguir esperando incluso cuando todo parece perdido”, concluyó. 03 de noviembre de 2025Fuente: Vatican NewsCEV Medios

03
Nov

León XIV: la esperanza cristiana mira más allá, el Papa Francisco ha dado testimonio

Vaticano. El Papa celebra en la Basílica de San Pedro la misa en memoria de su predecesor y de todos los cardenales y obispos fallecidos durante el año. En la homilía, el Pontífice habla del dolor y el escándalo ante la muerte de «un frágil» arrebatado «por una enfermedad o, peor aún, por la violencia de los hombres». Pero, añade, ante esto, la esperanza cristiana ayuda a mirar más allá: «No estemos tristes como los demás que no tienen esperanza». León XIV habla de «esperanza» en la misa en memoria del Papa Francisco y de los ocho cardenales y 134 arzobispos y obispos fallecidos durante el último año. La esperanza cristiana, la esperanza «pascual» de la resurrección, la esperanza que no defrauda, que es don y gracia, que permite no desanimarse incluso ante la muerte de personas frágiles arrancadas de la vida por una enfermedad o por muertes trágicas o traumáticas, como las de niños o inocentes. Muertes «aterradoras», estas últimas, que Dios Padre no quiere y por las que «envió a su Hijo al mundo para liberarnos». Solo Él puede llevar sobre sí y dentro de sí esta muerte corrupta sin ser corrupto. Solo Él tiene palabras de vida eterna —lo confesamos trepidantes aquí, cerca de la tumba de San Pedro— y estas palabras tienen el poder de reavivar la fe y la esperanza en nuestros corazones. El Papa Francisco, testigo de la esperanza Esta esperanza, el Papa Francisco y los cardenales y obispos fallecidos desde octubre de 2024 hasta hoy «la han vivido, testimoniado y enseñado». Que sus almas puedan «brillar como estrellas en el cielo», dice el Pontífice en la homilía, que comienza con un recuerdo propio de Francisco, a quien profesa «gran afecto». Falleció después de abrir la Puerta Santa y de haber impartido a Roma y al mundo la bendición pascual. Gracias al Jubileo, esta celebración —la primera para mí— adquiere un sabor característico: el sabor de la esperanza cristiana. El trauma de la muerte de los pequeños El Papa desarrolla su reflexión a partir de las lecturas de la liturgia de hoy, comenzando por el «gran icono bíblico» que resume el sentido del Año Santo: el relato de los discípulos de Emaús en el Evangelio de Lucas. «En él se representa plásticamente la peregrinación de la esperanza, que pasa por el encuentro con Cristo resucitado». El punto de partida es «la experiencia de la muerte» en su peor forma: «La muerte violenta que mata al inocente y deja así desanimados, desalentados, desesperados». Cuántas personas —¡cuántos «pequeños»!— incluso en nuestros días sufren el trauma de esta muerte espantosa porque desfigurada por el pecado. Una esperanza «nueva» «Por esta muerte no podemos y no debemos decir laudato si’», afirma León XIV, refiriéndose al Cántico de las Criaturas, en el que San Francisco llamaba a la muerte «hermana». La muerte «aterradora» de tantos pequeños inocentes, afirma el obispo de Roma, «Dios Padre no la quiere» y envió a Cristo para liberar a todos de este yugo y dar esperanza. Una esperanza totalmente «nueva», subraya. León XIV: una realidad nueva, un don, una gracia Es gracias a ella que los cristianos no son vencidos por la muerte. «Nos entristece, por supuesto, cuando un ser querido nos deja. Nos escandaliza cuando un ser humano, especialmente un niño, un «pequeño», un frágil, es arrebatado por una enfermedad o, peor aún, por la violencia de los hombres. Como cristianos, estamos llamados a llevar con Cristo el peso de estas cruces», afirma el Pontífice. Pero no estamos tristes como quienes no tienen esperanza, porque ni siquiera la muerte más trágica puede impedir que nuestro Señor acoja en sus brazos nuestra alma y transforme nuestro cuerpo mortal, incluso el más desfigurado, a imagen de su cuerpo glorioso. «No estamos tristes como los demás que no tienen esperanza». La «esperanza pascual» es muy diferente de la humana, añade el Pontífice. Es diferente de la de los griegos, los judíos, los filósofos y la ley. Es la esperanza fundada «única y totalmente en el hecho de que el Crucificado ha resucitado», «es una esperanza que no mira al horizonte terrenal, sino más allá, mira a Dios, a esa altura y profundidad de donde ha salido el Sol que ha venido a iluminar a los que están en las tinieblas y en la sombra de la muerte». Entonces sí, podemos cantar: Laudato si’, mi Señor, por nuestra hermana muerte corporal. El amor de Cristo crucificado y resucitado ha transfigurado la muerte: de enemiga la ha convertido en hermana, la ha apaciguado. Y ante ella no estamos tristes como los demás que no tienen esperanza. 03 de noviembre de 2025Fuente: Vatican NewsCEV Medios

03
Nov

León XIV en oración ante la tumba de Francisco en la Basílica Santa María la Mayor

Vaticano. La Oficina de Prensa de la Santa Sede informó sobre la visita del Papa León XIV a la Basílica mariana para rezar ante la tumba de Franciscus Esta tarde, el Papa León XIV se detuvo en la basílica de Santa María la Mayor para rezar ante la tumba del Papa Francisco y, posteriormente, ante la imagen de la Virgen, Salus Populi Romani. A continuación, prosiguió hacia Castel Gandolfo, informa la Oficina de Prensa de la Santa Sede. La mañana de este lunes el Papa León, había celebrado la misa en la Basílica de San Pedro en sufragio del difunto Papa Francisco, y de los cardenales y obispos fallecidos durante el año: “Con gran afecto, la ofrecemos por el alma elegida del Papa Francisco, que falleció tras abrir la Puerta Santa e impartir a Roma y al mundo la bendición pascual. Gracias al Jubileo, esta celebración —la primera para mí— adquiere un sabor característico: el sabor de la esperanza cristiana”, recordó León XIV en su homilía. “Queridos hermanos, el amado Papa Francisco y los hermanos cardenales y obispos por quienes hoy ofrecemos el sacrificio eucarístico han vivido, testimoniado y enseñado esta nueva esperanza pascual”, expresó también el Papa León XIV en la homilía de este día. Afirmando además que “el Señor los ha llamado y los ha constituido pastores de su Iglesia, y con su ministerio ellos —por usar el lenguaje del Libro de Daniel— han «conducido a muchos a la justicia» (cf. Dn 12,3), es decir, los han guiado por el camino del Evangelio con la sabiduría que viene de Cristo, que se ha convertido para nosotros en sabiduría, justicia, santificación y redención (cf. 1 Cor 1,30)”. Esta es la cuarta visita a la basílica mariana de Roma que realiza el Papa León XIV, confiando a María Salus Populi Romani, la Iglesia y a todos los fieles. 03 de noviembre de 2025Fuente: Vatican NewsCEV Medios

31
Oct

El Papa visitará el cementerio de Roma el día de los difuntos

Vaticano. El Papa presidirá a las 16:00 horas, el 2 de noviembre, una misa en el cementerio romano del Verano, junto a la entrada monumental. El Vicariato de Roma da a conocer las fechas y los demás cementerios en los que se celebrarán liturgias eucarísticas en memoria de los difuntos. El próximo domingo 2 de noviembre, día en que la Iglesia recuerda a los fieles difuntos, León XIV presidirá una misa a las 16:00 horas en la entrada monumental del cementerio del Verano, en Roma. En una nota del Vicariato de Roma, con motivo de la solemnidad de Todos los Santos, el 1 de noviembre, y de la conmemoración de los difuntos, se enumeran las demás celebraciones previstas en otros cementerios romanos. Misa y Rosario en Laurentino En concreto, en el cementerio Laurentino, en el km 13.500 de la Via Laurentina, el sábado 1 de noviembre se celebrará una liturgia eucarística a las 11:00 y otra a las 15:30, en las que podrán participar los sacerdotes de la Prefectura que lo deseen. Además, el 2 de noviembre está prevista una misa a las 11:00 y el rezo del rosario a las 15:00, a la que seguirá otra misa por la tarde a las 16:00. Celebraciones en Ostia Antica, Prima Porta y Portuense En el cementerio de Ostia Antica se celebrará la misa el sábado 1 de noviembre a las 15:00. Al día siguiente, también están previstas celebraciones eucarísticas a las 15:00 en el cementerio Flaminio, también conocido como Prima Porta, en la Via Flaminia, y a las 15:30 en el cementerio Portuense, en la Via Isacco Newton. 31 de octubre de 2025Fuente: Vatican NewsCEV Medios

31
Oct

León XIV: Renovar la educación desde la interioridad, la unidad, el amor y la alegría

Vaticano. En el jubileo del mundo educativo, León XIV, ante maestros, profesores y académicos de todos los niveles, agradeció su servicio y los invitó a redescubrir el sentido humano, espiritual y comunitario de la enseñanza, a redescubrir el corazón de su vocación: enseñar con amor, alegría y humanidad. En ocasión del Jubileo del Mundo Educativo, el Papa León XIV se reunió esta mañana con miles de educadores de todo el mundo a quienes destacó cuatro pilares fundamentales para la educación cristiana:la interioridad, la unidad, el amor y la alegría. Educar desde dentro: la interioridad Inspirándose en san Agustín, el Papa recordó que el verdadero Maestro “está dentro de cada persona”. La educación —afirmó— no se reduce a técnicas o estructuras, sino que es un camino interior de encuentro entre maestros y alumnos. “La verdad no circula a través de sonidos o muros, sino en el encuentro profundo entre las personas”, señaló León XIV, alentando a los docentes a fomentar el diálogo del corazón y a acompañar a los jóvenes en la búsqueda de sentido en un mundo dominado por las pantallas y la superficialidad. “… San John Henry Newman sintetizaba con la expresión cor ad cor loquitur —“el corazón habla al corazón”—, y que san Agustín recomendaba diciendo: «No quieras derramarte fuera; entra dentro de ti mismo, porque en el hombre interior reside la verdad» … Son expresiones que invitan a considerar la formación como un camino en el que maestros y discípulos caminan juntos … conscientes de no buscar en vano, pero, al mismo tiempo, sabiendo que deben seguir buscando incluso después de haber encontrado. Sólo este esfuerzo humilde y compartido —que en los contextos escolares se configura como proyecto educativo— puede acercar a alumnos y docentes a la verdad.” Unidad y comunidad educativa El Pontífice dedicó parte importante de su discurso al tema de la unidad, lema que ha marcado su pontificado: In Illo uno unum (“En Aquel que es uno, somos uno”). Recordó que solo en Cristo se alcanza la verdadera comunión, y que la educación debe ser un espacio de encuentro y colaboración. En este contexto, anunció su intención de retomar y actualizar el Pacto Educativo Global, impulsado por su predecesor, el Papa Francisco, para fortalecer los vínculos entre escuela, familia y sociedad. “Compartir el saber —afirmó— no puede tomar otra forma que la de un gran acto de amor.” El amor, corazón de la enseñanza León XIV definió el amor como el alma de toda labor educativa. Citando a san Agustín, explicó que el amor a Dios es primero en el orden de los mandamientos, pero el amor al prójimo es primero en el orden de la acción. El Papa invitó a los educadores a ser constructores de paz y de diálogo, especialmente con los más frágiles y excluidos. También advirtió sobre el riesgo de una sociedad que no valora suficientemente el papel del maestro. “Dañar el papel social y cultural de los formadores es hipotecar el propio futuro”, expresó con firmeza, subrayando que la crisis en la transmisión del saber puede convertirse en una crisis de esperanza. “Compartir el conocimiento no basta para enseñar, se necesita amor. Sólo así el conocimiento será provechoso para quien lo recibe, en sí mismo y, sobre todo, por la caridad que comunica. La enseñanza nunca puede separarse del amor…” La alegría de educar El último valor que el Papa propuso fue la alegría, una actitud esencial del verdadero educador. “Los verdaderos maestros educan con una sonrisa y logran despertar sonrisas en el alma de sus discípulos”, afirmó. León XIV expresó su preocupación por el aumento de la fragilidad emocional en los jóvenes y alertó sobre el riesgo de aislamiento que puede acentuar la inteligencia artificial. Frente a ello, insistió en que la enseñanza es, ante todo, una tarea humana, capaz de “fundir las almas y de muchas hacer una sola”, en palabras de san Agustín. “No podemos cerrar los ojos ante estos reclamos silenciosos de auxilio; al contrario, debemos esforzarnos por identificar sus causas profundas. La inteligencia artificial, en particular, con su conocimiento técnico, frío y estandarizado, puede aislar aún más a estudiantes ya aislados, dándoles la ilusión de no necesitar a los demás o, peor aún, la sensación de no ser dignos de ellos. El papel de los educadores, en cambio, es un compromiso humano, y la alegría misma del proceso educativo es plenamente humana…” Una misión con horizonte evangélico Por último, el Papa invitó a los educadores a hacer de la interioridad, la unidad, el amor y la alegría los “puntos cardinales” de su vocación.Recordando las palabras de Jesús —“Cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo” (Mt 25,40)—, los exhortó a ver en cada alumno el rostro de Cristo. 31 de octubre de 2025Fuente. Vatican NewsCEV Medios

31
Oct

«Unidos en Cristo, unidos en la misión»: Tema de la Jornada Mundial de las Misiones 2026

Vaticano. Se ha anunciado el tema escogido por el Papa para la celebración mundial del centenario de la institución establecida por el Papa Pío XI, a propuesta de la Pontificia Sociedad para la Propagación de la Fe. «Unidos en Cristo, unidos en la misión ». Este es el lema de la Jornada Mundial de las Misiones, que el próximo año conmemora el centenario de su institución por Pío XI, a sugerencia de la Pontificia Sociedad para la Propagación de la Fe. El día que concluye el mes tradicionalmente dedicado a las misiones, se anuncia el lema elegido por el Papa León XIV para la próxima Jornada Mundial de las Misiones. Se celebrará el 18 de octubre de 2026, como cada año, el penúltimo domingo de octubre. El atractivo de León XIV En su llamamiento de este año en apoyo de la Jornada Mundial de las Misiones, el Papa León XIII destacó el privilegio que representa para toda la Iglesia de unirse en oración por los misioneros y por la fecundidad de su labor apostólica. Recordando su experiencia personal como sacerdote y luego obispo misionero en Perú, el Pontífice afirmó: «He visto con mis propios ojos cómo la fe, la oración y la generosidad demostradas en este día pueden transformar comunidades enteras». El mensaje del Papa, el hilo conductor de todas las iniciativas El tema de la Jornada Mundial de las Misiones 2026, que en su primera parte rememora el lema elegido por el Papa para su pontificado, «In Illo uno unum», evoca la unidad de los fieles en la fe, basada en la unidad de Cristo con el Padre, y la consiguiente misión compartida de evangelización. El siguiente paso en la preparación de la Jornada Mundial de las Misiones 2026 será la difusión, en los primeros meses del año, del mensaje del Santo Padre, que se convertirá en el hilo conductor de las numerosas iniciativas para animar y formar el espíritu y la responsabilidad misionera de todos los fieles a lo largo de este significativo año. Durante este año, también se celebrará el 110 aniversario de la fundación de la Pontificia Unión Misionera, definida por San Pablo VI como «el alma de las demás Obras Misionales Pontificias» (Oficina para la Propagación de la Fe, Sociedad de la Santa Infancia y Fraternidad Sacerdotal San Pedro Apóstol). Estas cuatro sociedades, cada una con su propia especificidad, se dedican conjuntamente a promover la responsabilidad misionera entre los bautizados y a apoyar las nuevas Iglesias particulares. 31 de octubre de 2025Fuente: Vatican NewsCEV Medios

31
Oct

Encuentro virtual del Celam celebra 1.700 años de Nicea y presenta plataforma para unidad cristiana

Con ocasión de los 1.700 años del Concilio Ecuménico de Nicea, el Comité de Ecumenismo del Celam celebró este 30 de octubre el encuentro virtual “Del credo a la comunión: un año de gratitud”, donde participaron representantes de distintas confesiones cristianas del continente. La iniciativa buscó renovar el compromiso con la unidad visible de los cristianos y promover la comunión fraterna en América Latina y el Caribe. El conversatorio fue moderado por el Francisco “Pacho” Bermeo, comprometido en procesos de formación y diálogo ecuménico en la región. Como panelistas invitados participaron la doctora Jessica Lugo, directora de la Asociación para la Educación Teológica Hispana, y monseñor Juan Usma Gómez, jefe de la Oficina Occidental del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, quienes ofrecieron la reflexión de la jornada. Un llamado a la unidad El encargado de la apertura fue monseñor Rodolfo Valenzuela, presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala y referente de Ecumenismo del Celam, quien agradeció la participación de los asistentes y recordó que este encuentro se inscribe en la misma dinámica de comunión vivida durante la reunión ecuménica de julio en Guatemala. “El credo fue punto de llegada y también de partida. Un llamado a mantener vivo el espíritu de oración, diálogo y fe que nos une en el Espíritu de Dios”, señaló, instando a seguir tejiendo comunión en medio de la diversidad. Diversidad reconciliada en Cristo Por su parte, el pastor Harold Segura, de World Vision América Latina y el Caribe, subrayó el carácter urgente de la unidad cristiana ante las divisiones sociales e ideológicas del continente. “Hoy hablar de unidad es un testimonio prioritario del cristianismo en nuestra región”, afirmó, agradeciendo el trabajo conjunto entre Celam, CREAS, CUMENI y otras organizaciones que animan el diálogo ecuménico. La unidad como testimonio de esperanza La doctora Jessica Lugo inició el momento de reflexión inspirándose en Efesios 4, 3-6, donde se nos invita a “conservar la unidad del espíritu con el vínculo de la paz”. Señaló que la unidad cristiana no es un ideal abstracto, sino un camino de conversión constante y de apertura al otro como don de Dios. “Reunirnos no como denominaciones, sino como cuerpo de Cristo, es un acto contracultural y un testimonio profundo de gratitud y esperanza”, aseguró, recordando que la comunión es huella visible del Reino que crece silenciosamente cada día. Más adelante, explicó que la unidad cristiana no puede entenderse como homogeneidad, sino en alcanzar una madurez espiritual que abrace la diversidad como parte del plan de Dios. “No celebramos solo un credo del pasado, sino un milagro presente de comunión”, apuntó. “La comunión no borra las diferencias, las redime y armoniza, porque el Espíritu Santo sigue obrando en medio de nuestras fragilidades”. Fe, sinodalidad y comunión A su turno, monseñor Juan Usma Gómez durante su disertación propuso un recorrido teológico y pastoral desde el Concilio de Nicea hasta los desafíos actuales del ecumenismo. Destacó que aquel acontecimiento fue experiencia histórica de comunión en la fe, al proclamar de manera unánime que Cristo es verdadero Dios y verdadero hombre. “Nicea sigue siendo un modelo ecuménico: un esfuerzo de comunión que nos invita hoy a redescubrir el valor de profesar juntos la misma fe en Jesucristo, Señor y Salvador”, aseveró. También destacó tres desafíos que guían el proceso ecuménico: la plenitud de la fe, el ejercicio de la sinodalidad y la celebración común. “La sinodalidad es también ecuménica —observó—, porque implica escucharnos mutuamente, discernir juntos y celebrar en comunión lo que el Espíritu suscita en nuestras iglesias. En América Latina debemos seguir aprendiendo a caminar juntos, sin excluir a nadie del diálogo ni de la misión compartida”. Una plataforma al servicio de la unidad Tras la exposición de los panelistas, se abrió espacio para la presentación de la Plataforma Virtual para la Unidad de los Cristianos, a cargo de Mayara Pazeto, de Misión Somos Uno; y Laura Jiménez, de Ikumeni, una iniciativa del Celam que nació del discernimiento vivido en Guatemala y que busca ser “una mesa amplia” de comunión, encuentro y misión compartida entre las diferentes tradiciones cristianas. Las representantes, quienes hacen parte del equipo de discernimiento y gestión de la construcción de la plataforma invitaron a sumarse escaneando el código QR mostrado durante la transmisión, subrayando que este es “un espacio vivo, conectado y en movimiento, que quiere ser instrumento de comunión en la región”. Llamado del CELAM a seguir caminando juntos Durante la clausura, monseñor Lizardo Estrada, secretario general del Celam, agradeció el compromiso de las instituciones participantes, subrayando el testimonio de quienes “han hecho del diálogo y la fraternidad una forma de testimonio cristiano en medio de los desafíos del continente”. “Nuestra misión, como discípulos de Cristo, es ser constructores de paz y de bien —comentó—. La comunión no se impone, se ofrece; no se conquista, se recibe como don del Espíritu”. Monseñor Lizardo exhortó a “seguir caminando con humildad y decisión, tejiendo la unidad en la diversidad”, animando a mantener viva la esperanza del encuentro. En esa línea, anunció las próximas celebraciones convocadas por el Celam: la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el 22 de enero de 2026, y el Encuentro de Pentecostés, el 21 de mayo del mismo año. Un llamado a mantener viva la comunión En la parte final del encuentro, Humberto Martín Shikiya, vicepresidente de CREAS-ILUMÉNI, intervino recordando que la unidad cristiana “no es opcional, sino un mandato de Cristo”. Señaló que solo cuando la comunión se sostiene en la justicia, el amor, la paz y la esperanza, puede transformarse en signo visible del Reino en medio de las comunidades. “Una iglesia dividida no tiene mensaje para un mundo dividido”, advirtió, invitando a sostener el impulso ecuménico mediante la nueva plataforma y las iniciativas programadas para el próximo año. El encuentro concluyó con la oración del padre Marcial Maçaneiro, miembro de la Comisión Internacional del Diálogo Católico-Pentecostal. “Nicea no es un hecho del pasado, sino una obra del Espíritu que sigue construyendo la comunión”, expresó. Pidió al Espíritu Santo “hacer de la diversidad una casa común donde Cristo sea el centro y la unidad su fruto”. 31 de octubre de 2025Fuente: CELAMCEV Medios