Diócesis de Trujillo recordó a Mons. Castor Oswaldo Azuaje en el primer aniversario de su fallecimiento

10
Ene
2022

Trujillo. El martes 08 de enero de 2021, la Diócesis de Trujillo, bajo la dirección de Mons. José Trinidad Fernández, Obispo de Trujillo, rindió homenaje a la memoria de Mons. Castor Oswaldo Azuaje, anterior obispo de esta diócesis andina a un año de su fallecimiento. En las diversas parroquias se celebraron eucaristías en sufragio por su eterno descanso, tal como indicó Mons. Fernández al clero diocesano.

Desde la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) en Caracas, donde se realiza la CXVII asamblea ordinaria plenaria, el Obispo de Trujillo y otros prelados cercanos a Mons. Azuaje enviaron un “video mensaje” a la diócesis recodando al querido pastor y animando a los diocesanos a proseguir sus buenos ejemplos y enseñanzas.

Por su parte los párrocos organizaron no solo las eucaristías y el Santo Rosario en sus respetivas iglesias sino que le recordaron difundiendo videos, imágenes, canciones, y exaltando a través de diversos actos la figura episcopal del muy recodado Mons. Oswaldo Azuaje.

Pastor diocesano según el corazón de Cristo

En la catedral de Trujillo se ofició el funeral diocesano, presidido por el Vicario General de la diócesis, presbítero Rubén Delgado y concelebrado por los presbíteros de la zona pastoral Nuestra Señora de La Paz. El padre Rubén, quién fue también Vicario General de Mons. Azuaje, recordó la fructífera labor episcopal que en apenas ocho años desarrolló.

También aprovechó el sacerdote para relatar brevemente el itinerario del presbítero, religioso y IV obispo de Trujillo quien había asumido la diócesis en la catedral Nuestra Señora de la Paz, el 9 de junio del 2012 para sustituir al también apreciado y meritorio Monseñor Vicente Ramón Hernández Peña.

“La obra episcopal del IV Obispo de Trujillo fue fructífera y abundante a pasar del corto tiempo. Durante estos ocho años y medio al frente de nuestra Iglesia particular su celo pastoral le llevó a desarrollar diversos planes acompañados por un seguimiento personal y cercanía con sus sacerdotes, religiosas, seminaristas y laicos.

Una de sus primeras intenciones fue concretar el primer Sínodo para la Diócesis de Trujillo. El objetivo central del Sínodo, en palabras del Obispo, consistió en que Trujillo sea una Iglesia discípula misionera en marcha, casa y escuela de comunión; las asambleas, convivencias, debates y acuerdos, produjo sus frutos de mayor conocimiento intra eclesial entre sus diocesanos, renovación pastoral y el establecimiento de los lineamientos pastorales para la renovación pastoral.

También tuvo entre sus principales afanes pastorales el acompañamiento de su clero; procuró brindarles afecto y orientación desde una actitud paternal. Así mismo impulsó decididamente la pastoral del clero e incrementó su número logrando ordenar casi 50 nuevos sacerdotes. Se empeñó en consolidar la formación permanente enviando a cursar estudios en el exterior unos 20 presbíteros.

El Seminario Diocesano Sagrado Corazón de Jesús constituyó para él una prioridad. Continuamente se hacía presente, atendía a los formadores y seminaristas en cuanto le fuese posible y dispensó dos visitas pastorales al seminario.

No menos importante fue para el pastor diocesano su cercanía a la vida religiosa. Las congregaciones masculinas y las hermanas religiosas dan testimonio de su estilo fraternal de comunión eclesiástica con ellos.

Pero se ocupaba también de la formación y el incremento de diaconado permanente; de apertura y escucha para con el laicado, cultivando en estos años muchas amistades y promocionando los grupos y movimientos de apostolado seglar. No faltó entre sus empeños la atención de su Iglesia de una manera organizada. Para ello se empeñó en la reestructuración de los servicios pastorales de la curia y de la diócesis: vicarios episcopales, consejos de asesores, arciprestes para las zonas pastorales, sacerdotes asesores para las pastorales, etc.

Unos de sus anhelos fue la beatificación del Dr. José Gregorio Hernández. Se empeñó en crear la pastoral de santuarios.  Con mucha frecuencia la vida del Venerable era inspiración en sus homilías y dispensó innumerables visitas al santuario Niño Jesús, lugar de nacimiento y crianza del Dr. Hernández.

La obra episcopal de IV obispo de Trujillo fue prolífica: creación de parroquias, visitas pastorales, redacción de cartas pastorales, frecuentes visitas a las parroquias para presidir el sacramento de la confirmación o las fiestas patronales, presencia y constante relación con las instituciones educativas, culturales, empresariales y de diversa índole, valientes intervenciones en sus homilías sobre la situación social, etc. Nunca le fue ajeno el sufrimiento de los más vulnerables por quienes, desde su lugar de pastor, oraba, exhortaba e intervenía en la medida de sus posibilidades.

Otras dos facetas fueron muy importantes de la vida y obra de Monseñor Oswaldo: su fraternidad episcopal y el evidente afecto y compromiso por su familia.

Prensa CEV
Nota de prensa Diócesis de Trujillo
10 de enero de 2022