Diócesis de San Carlos celebró 150 años del natalicio del Siervo de Dios Mons. Sixto Sosa

20
Oct
2020

San Carlos.- Este martes 20 de octubre de 2020, la Diócesis de San Carlos celebró con júbilo los 150 años del Natalicio del Siervo de Dios, Mons. Sixto Sosa Díaz, ilustre cojedeño, abnegado pastor y testimonio de santidad quien podría convertirse en el primer beato originario de esta sede eclesiástica.

La Eucarístia celebrada con ocasión a su aniversario de nacimiento, fue presidida por el Pbro. Rodolfo Rivas, párroco de la Iglesia Nuestra del Rosario de Chiquinquirá en Tinaco, se transmitió a través de la 96.9 fm, Pastoreña 89.7fm e Impacto 91.7fm.

Durante la homilía, el sacerdote destacó que los santos para el pueblo católico, son hombres y mujeres normales que ven la vida como un regalo de Dios, y señaló que estas características las tuvieron el Dr. José Gregorio Hernández y Mons. Sixto Sosa, quienes estuvieron de paso por la vida «haciendo el bien».

«Mons. Sosa fue más allá de solo cumplir funciones de Obispo, porque dejó grandes huellas y obras de caridad al servicio de los demás» dijo el presbiítero. Expresó que ciertamente se debe celebrar su figura, pero más allá los creyentes deben ver en Mons. Sixto Sosa como un ejemplo intachable para toda la sociedad. 

«Ojalá no seamos unos sacerdotes, maestros, médicos, ingenieros comunes, sino que vayamos más allá, haciendo grandes esfuerzos por dejar un gran paso en la vida» exhortó el Pbro. Rivas. Invitó a orar por la pronta beatificación de Mons. Sixto Sosa, y a que, al conocer algún posible milagro por su intercesión, hacerlo conocer en la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, para así avanzar en esta importante causa. 

Mons. Sixto Sosa Díaz nació en Tinaco, estado Cojedes el 20 de octubre de 1870. Estudió sus primeras letras en su ciudad natal y en 1881 fue llevado a Trinidad para culminar sus estudios. En 1887 ingresa al «Seminario Josefino de Calabozo». 

Fue ordenado sacerdote el 22 de Diciembre de 1894 en la Catedral de Calabozo. El 17 de febrero de 1903 llega a Altagracia de Orituco en calidad de párroco y emprende allí una fecunda labor que cautiva la atención de sus superiores. En mayo de 1914, fue nombrado Administrador Apostólico de Guayana y consagrado Obispo de Titular de Claudiópolis el 31 de octubre de 1915 y en 1923 toma posesión de la nueva Diócesis de Cumaná, diócesis que regiría durante 20 años hasta su muerte acaecida en Caracas el 29 de Mayo de 1943. 

Fue Monseñor Sixto Sosa un auténtico hijo de los llanos venezolanos, de contextura recia, temple firme y rostro sonreído. Era austero y con ánimo emprendedor que le hacía apto para la ardua misión que le confió la Providencia. Era un «hombre de Dios». Todo lo refería a Dios, quien era inspirador o móvil último de sus actos.

Sus trabajos apostólicos, tanto en Altagracia como después en la dilatada Diócesis de Guayana, son un testimonio vivo de su total entrega al servicio de Dios y en bien de los demás. Fue el amor hacia los demás que le impulsó a promover tantas obras en bien de la humanidad: hospitales, ancianatos, colegios y, para asegurar la continuidad de estas obras, fundó la Congregación. Las obras que promovió y en las que invirtió sus haberes, hablan de su profunda caridad encarnada en las necesidades del medio en que le tocó vivir. Actualmente, en su ciudad natal Tinaco existe un Colegio que tiene varios años de próspera labor, con el nombre de tan ilustre hijo de Tinaco y el estado Cojedes.

Prensa CEV
Nota de prensa Diócesis de San Carlos
20 de octubre de 2020