Las diócesis, institutos de vida consagrada, sociedades de vida apostólica e instituciones religiosas están realizando un esfuerzo considerable de prevención y detección de abusos en los lugares y actividades en los que trabajan. Se trata de garantizar espacios seguros para los NNA y personas vulnerables en las instancias de iglesias: centros diocesanos, parroquias, actividades pastorales y sociales, centros educativos y grupos de apostolado.
Para ello se están estableciendo diversos códigos preventivos, protocolos, procedimientos de actuación y planes de formación no solo para impedir que se produzcan abusos sexuales contra NNA sino para que se puedan detectar aquellos que se producen fuera del entorno eclesial pero que afectan gravemente a los NNA. Es un problema social, con gravísimas repercusiones en las familias.