COP30, la Santa Sede: reconocer el «rostro humano» de la crisis climática

19
Nov
2025

Vaticano. En su intervención ante los ministros de Medio Ambiente de todo el mundo, el nuncio en Brasil, monseñor Giambattista Diquattro, jefe adjunto de la delegación de la Santa Sede que participa en la Conferencia de la ONU que se celebra en Belém, destaca cómo las mujeres y las niñas se ven afectadas de manera desproporcionada por las cuestiones medioambientales. Exhorta a un «multilateralismo cohesionado» para resolver un problema que no conoce «fronteras».

Reconocer «el rostro humano» de una crisis climática que no conoce barreras ni «fronteras» y que, precisamente por ello, requiere esfuerzos colectivos y necesita un «multilateralismo cohesionado» para ser resuelta. Así se expresó el nuncio apostólico en Brasil, monseñor Giambattista Diquattro, jefe adjunto de la delegación de la Santa Sede que participa en la Conferencia de la ONU sobre el cambio climático en Belém, en el país sudamericano, en su intervención ayer, 18 de noviembre, ante los ministros de medio ambiente de todo el mundo.

La dignidad humana en el centro

El segundo segmento político de la COP30, que comenzó el lunes, se inauguró con la llegada de los responsables de las cuestiones climáticas de cada país, diez días después de la participación de los jefes de Estado y de Gobierno en Brasil. El nuncio apostólico en el país sudamericano introdujo su intervención citando el mensaje del Papa León XIV dirigido a los participantes en la Conferencia de la ONU, leído por el cardenal Pietro Parolin el pasado 7 de noviembre, recordando que los retos que plantea el cambio climático «ponen en peligro la vida de todos en este planeta y, por lo tanto, exigen una cooperación internacional y un multilateralismo cohesionado y capaz de mirar hacia adelante, que sitúe en el centro la sacralidad de la vida, la dignidad de cada ser humano dada por Dios y el bien común».

Multilateralismo y transición justa

Monseñor Diquattro continuó ilustrando las cuestiones clave para la delegación de la Santa Sede. «En primer lugar, es esencial reforzar un multilateralismo cohesionado y orientado hacia el futuro», declaró. «El cambio climático no conoce fronteras y, por lo tanto, requiere esfuerzos colectivos», añadió, sosteniendo que solo el multilateralismo, «precioso e inevitable», puede «resolver los problemas reales de la humanidad, buscando ante todo el respeto de la dignidad de las personas, para que la ética prevalezca sobre los intereses locales o contingentes». El nuncio apostólico en Brasil recordó luego las palabras del Papa Francisco en la exhortación apostólica Laudate Deum, publicada poco antes de la COP28 en Dubái. Fue precisamente con motivo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023 cuando los Estados signatarios acordaron una salida progresiva de las energías fósiles. Una transición apoyada por la Santa Sede, pero que debe ir acompañada de justicia y equidad, «teniendo en cuenta que las consecuencias del cambio climático afectan sobre todo a los más pobres y vulnerables», precisó el prelado.

Mujeres y niñas en primera línea frente a los efectos del cambio climático

El jefe adjunto de la delegación de la Santa Sede en Belém insistió luego en el «rostro humano de la crisis climática». En este sentido, la Santa Sede espera que el Gender Action Plan (Plan de acción sobre la paridad de género) reconozca que las mujeres y las niñas se ven afectadas de manera desproporcionada por el cambio climático, especialmente en los países del Sur, y que desempeñan un papel importante en la lucha contra este fenómeno. En este contexto, prosiguió monseñor Diquattro, «es esencial buscar un lenguaje común y un consenso, dejando de lado los intereses egoístas y manteniendo viva la conciencia de la responsabilidad que tenemos unos hacia otros y hacia las generaciones futuras».

La importancia de la educación

Por último, ante la magnitud de los retos climáticos, el nuncio apostólico en Brasil reconoció que «los recursos económicos y operativos son necesarios, pero no suficientes». «No podemos alcanzar los objetivos del Acuerdo de París si las soluciones políticas y técnicas no van acompañadas de un proceso educativo que proponga nuevos estilos de vida sostenibles y respetuosos con la Creación», declaró el prelado. «Es esencial reforzar el papel transversal de la educación para garantizar el cumplimiento de los objetivos de mitigación, tener en cuenta los retos relacionados con la adaptación, reforzar los medios de aplicación, prevenir pérdidas y daños y lograr avances», añadió, subrayando las señales alentadoras recibidas de numerosos Estados que han introducido elementos relacionados con la educación en sus Nationally Determined Contributions (Contribuciones Determinadas a nivel Nacional), actualizadas en Belém. Monseñor Diquattro concluyó invitando a volver al corazón, como deseaba el Papa León XIV: «Solo volviendo al corazón puede producirse una verdadera conversión ecológica».

19 de noviembre de 2025
Fuente: Vatican News
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