
Con el propósito de fortalecer la comunión, la misión y el discernimiento compartido, la Conferencia Eclesial de la Amazonía (Ceama) convocó el Encuentro de la Vida Religiosa de la Amazonía, un espacio de reflexión realizado de manera virtual que reunió a más de ochenta consagradas y consagrados de Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, Guyana y Venezuela.
La iniciativa contó con el acompañamiento de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos (CLAR) y el apoyo técnico y pastoral de la Universidad UNIMINUTO.
El encuentro, desarrollado en un clima de fraternidad misionera, tuvo como fin reconocer los desafíos y horizontes de la vida religiosa en los territorios amazónicos, donde la diversidad cultural, espiritual y ecológica exige nuevas formas de presencia evangélica y compromiso con la Casa Común.
Escuchar y discernir desde el territorio
La jornada fue moderada por Marcelo Lemos, secretario ejecutivo de la Ceama, quien manifestó que “la vida religiosa en la Amazonía es una red viva que se comunica más allá de las fronteras y de los idiomas”. La sesión, coordinada por Alicia Covaleda, contó con interpretación simultánea en español, portugués e inglés, reflejando el carácter plural y diverso de las comunidades que habitan el bioma.
La hermana Joaninha Madeira, de la Red Itinerante, animó la oración inicial desde Manaos, invitando a “caminar con el Espíritu por los senderos de la Amazonía, escuchando el clamor de la tierra y de los pueblos, y dejando que la misión se vuelva comunión”. Ese tono espiritual acompañó las reflexiones que siguieron, centradas en la misión compartida de una Iglesia que se hace cercana, dialogante y encarnada.
Las intervenciones evidenciaron una vida religiosa comprometida con las comunidades indígenas, ribereñas y urbanas. Los testimonios mostraron la fuerza de una misión que evangeliza desde la sencillez y la cercanía: “vivimos la fe en las mismas canoas y caminos del pueblo”, expresó una de las participantes.

Voces proféticas y desafíos comunes
Desde distintas experiencias se ponderó el testimonio femenino en contextos de frontera. Sin embargo, las participantes señalaron también la necesidad de mayor reconocimiento y participación en la vida eclesial: “Estamos en lugares donde otros no llegan, pero aún falta reconocimiento a la voz femenina en la Iglesia”, afirmaron en uno de los grupos de trabajo.
Los desafíos más urgentes se agruparon en cuatro grandes ejes: Escasez de sacerdotes y dificultad de acceso a los sacramentos; clericalismo que limita la participación corresponsable de las religiosas; fragilidad comunitaria, marcada por la dispersión y la reducción de vocaciones; y necesidad de una espiritualidad ecológica y sinodal, capaz de dialogar con las culturas amazónicas y cuidar la creación.
Formación, sinodalidad y compromiso misionero
Para la Hna. María Inés Castellaro, secretaria general de la CLAR, este proceso confirma que “el Sínodo de la Amazonía no ha terminado; continúa en cada religiosa y religioso que hace presencia entre los pueblos”.
El trabajo en grupos permitió ahondar en tres líneas de acción que orientarán los próximos pasos de la vida religiosa en el territorio: la formación intercultural y ecológica, la inserción comunitaria como testimonio evangélico, y la superación del clericalismo mediante la práctica de la sinodalidad.
“La Amazonía nos pide una espiritualidad encarnada. No basta con conocer su realidad: hay que sentirla, respirarla y dejarse transformar por ella”, compartió una religiosa durante el discernimiento. Otra participante subrayó que “la misión hoy requiere corazones itinerantes, abiertos al diálogo y a la escucha profunda de los pueblos”.
Hacia nuevos horizontes apostólicos
Los grupos coincidieron en que la Ceama debe seguir actuando como un puente de articulación entre congregaciones, comunidades y experiencias pastorales, fortaleciendo la formación en clave amazónica y no clerical, y vinculando el proceso sinodal con la vida concreta de los pueblos.
El encuentro concluyó con una invitación a fortalecer la comunión entre la Ceama, la CLAR y las diversas redes misioneras de la región. En su declaración final, los participantes expresaron su deseo de seguir tejiendo esperanza y servicio en el territorio: “Soñamos con una vida religiosa que respire con los pueblos, que cuide la creación y que haga visible el Reino en los bordes de la historia”.
20 de octubre de 2025
Fuente: CELAM
CEV Medios
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