
La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) reafirma su compromiso con el cuidado integral de su personal al inaugurar una nueva etapa de acompañamiento espiritual y pastoral a través del proyecto «Encuentros Fraternos». Esta iniciativa busca cultivar la fraternidad como estilo de trabajo, espiritualidad y misión compartida, promoviendo un ambiente laboral que humaniza, espiritualiza y fortalece el quehacer cotidiano desde la vivencia de la sinodalidad.

Una Misión de Servicio y Comunión
Inspirado en la exhortación bíblica de Hebreos 10, 24-25 —«Velemos los unos por los otros… animémonos mutuamente»—, «Encuentros Fraternos» propone que cada primer viernes del mes se convierta en un espacio de encuentro comunitario, superando las estructuras y funciones para vivir la sinodalidad como una experiencia concreta de comunión eclesial.
El primer encuentro se llevó a cabo en la Casa Mons. Ibarra con la activa participación del personal administrativo y pastoral. Durante la jornada, el P. Antonio Arocha, subsecretario de la CEV, presentó el proyecto, subrayando que “cada tarea en la CEV es una misión: no solo oficio, sino servicio eclesial”. Este mensaje central busca reavivar el sentido vocacional del trabajo diario entre todos los colaboradores.

Planificación Colaborativa y Celebración
El primer «Encuentro Fraterno» incluyó un conversatorio participativo para que el personal definiera de forma conjunta las temáticas, ponentes y dinámicas litúrgicas que guiarán las próximas sesiones, reforzando el sentido de pertenencia y participación. Además, se dedicará un momento especial para la celebración de los cumpleañeros y efemérides del mes, afianzando los lazos personales y comunitarios.
La jornada culminó con una celebración eucarística, concelebrada por el Pbro. Jackson Méndez. En su homilía, el Pbro. Arocha, basándose en el Evangelio de Lucas 10, 13-16, invitó a los presentes a reavivar el sentido vocacional de su labor cotidiana, reconociendo cada tarea como signo del Reino y expresión de envío eclesial.

Con esta iniciativa, la CEV reafirma su compromiso de cuidar la dimensión humana y espiritual de quienes sostienen con dedicación la vida institucional, promoviendo una cultura pastoral interna que sea un reflejo vivo de comunión, participación y misión.

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