
Vaticano. El secretario de Estado celebró ayer, martes 23, una misa en la iglesia romana de San Salvatore in Lauro con motivo de la memoria litúrgica de San Pío de Pietrelcina. “Recordando su frase: la oración es la mejor arma que tenemos, recemos sobre todo por la paz”. Este santo, añadió el purpurado, nos enseña a “redescubrir el valor de la espiritualidad de la cruz”, especialmente en este “Año jubilar bajo el signo de la esperanza que no defrauda”.
Padre Pío de Pietrelcina es “un santo de nuestro tiempo”, un santo “moderno”, una figura “singular” y “amada por los pueblos de muchos países”, que deja una importante herencia espiritual para el mundo actual. Y “recordando su frase: la oración es la mejor arma que tenemos, recemos sobre todo por la paz”. Así lo expresó el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, al recordar al célebre fraile capuchino durante la misa por su memoria litúrgica, celebrada ayer, martes 23 de septiembre, en la iglesia de San Salvatore in Lauro, en Roma.
El templo, que alberga un santuario con reliquias del fraile que llevaba los estigmas, estaba lleno de fieles. A pesar de la lluvia, los participantes también ocuparon la plaza exterior, equipada con sillas y altavoces para seguir la celebración. Entre los presentes se encontraban numerosos representantes de la Protección Civil italiana, de la cual el religioso franciscano es patrono. Un santo que enseña cómo “nuestro tiempo necesita redescubrir el valor de la espiritualidad de la cruz para abrir el corazón”, destacó Parolin, sobre todo en este “Año jubilar bajo el signo de la esperanza que no defrauda”.
El sufrimiento y la oración
Durante la misa, el secretario de Estado subrayó tres aspectos de la santidad de Padre Pío: el sufrimiento, la oración y los fenómenos espirituales. Citando la homilía de san Juan Pablo II en la canonización del 2002, el cardenal resaltó la actualidad de la “espiritualidad de la cruz vivida por el humilde capuchino” y cómo de él se puede aprender “el valor salvífico del sufrimiento”.
Este santo comprendía “el estrecho vínculo entre sufrimiento y amor”, y ofrecía sus dolores físicos y espirituales por la salvación de las almas. Para Parolin, el fraile de San Giovanni Rotondo es también un modelo de oración, porque demuestra cómo ésta “es la llave que abre el corazón a Dios”. Era además un “hombre muy concreto, que sabía medir tiempos y modos de la oración”, dando incluso “consejos prácticos” como el de no continuar “cuando el espíritu y la mente no se prestan”. “No es exagerado decir que Padre Pío ocupa un lugar de gran importancia entre los grandes orantes de la espiritualidad cristiana”, comentó el cardenal.
Un santo que revela la riqueza del Evangelio
Finalmente, el secretario de Estado destacó los fenómenos espirituales del fraile capuchino, como las visiones, los estigmas o la bilocación. Aunque despertaron “incomprensiones” en muchos, Parolin recordó que San Pío “los aceptó con humilde obediencia, convencido profundamente de que Dios, a su tiempo, haría triunfar la verdad”, como así ocurrió cuando la Iglesia lo canonizó.
En la vida de los santos, añadió, “se revela la riqueza del Evangelio. Ellos son la huella luminosa de Dios, que Él mismo ha trazado a lo largo de la historia y sigue trazando. Así fue Padre Pío”, concluyó el cardenal.
24 de septiembre de 2025
Fuente: Vatican News
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