El Presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, Monseñor Rino Fisichella, sobre el nuevo Directorio para la Catequesis: el objetivo no es el sacramento, sino la integración en la vida de la comunidad cristiana. El catecismo también en las cárceles, entre los migrantes y las personas discapacitadas. Ciudad del Vaticano.- Un paso más en el camino de la «continuidad dinámica» de la catequesis en el post-Concilio, para responder a los retos de la cultura digital y de la globalización de la cultura. Para el arzobispo Rino Fisichella, que presenta a los medios de comunicación el nuevo Directorio para la Catequesis aprobado por el Papa Francisco, la continuidad radica en la reafirmación de que «la catequesis abarca toda la vida de cada bautizado, ya que es encuentro con el Señor y participación de su misterio en nuestra vida». La catequesis que nos integra en la comunidad cristiana Y la novedad del documento consiste en subrayar «que no se hace catequesis para recibir un sacramento», sino «para intregrarse progresivamente en la vida de la comunidad cristiana» y poder dar «también hoy nuestro testimonio coherente». Además, en el separar la catequesis de cada modelo y modalidad escolar: «Así como hay aula y texto de escuela, hay aula y texto de catequesis… pero no es así». Por eso la catequesis va a las cárceles, al encuentro de los migrantes, abraza a los discapacitados y a los más débiles «para que nadie se quede solo en su camino de fe». Mantener unidas evangelización y catequesis Sin embargo, el punto de partida y que cualifica el nuevo Directorio es «la intensa acción que vincula la catequesis con la evangelización» y que hace del «primer anuncio de Cristo el punto fuerte» de una catequesis renovada. Así lo explica a Vatican News el arzobispo Fisichella: R. – El último directorio se publicó en el 97. Así, poco después de veinte años, nos presentamos con un nuevo directorio para la catequesis, que ha sido un intento de situarnos cada vez más en esta nueva fase que la cultura mundial está viviendo. Una cultura digital, donde el espacio y el tiempo pasan muy rápidamente y por lo tanto la necesidad de tener también un contacto más inmediato con la cultura de nuestros jóvenes, con los que hoy son los nativos digitales, y de nuestra parte la necesidad de una acción pedagógica y formativa que sea correspondiente. Por lo tanto, el nuevo Directorio se pone en sintonía con lo que el Papa Francisco quiso dejar en la «Evangelii gaudium» relativo a la catequesis. Su intuición ha sido la de querer una catequesis kerigmática: la exigencia de mantener la evangelización y la catequesis juntas. La catequesis es una etapa de la evangelización, no es una alternativa a la evangelización. Pero dentro de este gran proceso, que se desarrolla en diferentes frentes, desde la liturgia hasta el testimonio de la Caridad, desde la oración personal hasta la dimensión también moral. La catequesis pretende hacer del primer anuncio de Jesucristo su punto fuerte. En el prefacio usted escribe que el Directorio es un instrumento perfectible, no pretende ser completo y se basa en la contribución de muchos. ¿Puede resumir lo que contiene en las diferentes partes? R. – En primer lugar, este nuevo Directorio se presenta de una manera muy sistemática. Hay algunas partes que intentan destacar el desarrollo sistemático de la catequesis. Hay una primera parte que presenta el fundamento teológico: la catequesis pertenece al proceso de evangelización y la Iglesia es parte de este proceso de transmisión de generación en generación. Por lo tanto, la catequesis nos lleva a ese momento fundamental en la vida de la Iglesia recordado también, al principio de su Evangelio, por el evangelista Lucas, cuando dice que tiene la intención de presentar a Teófilo, que ya está bautizado, un apoyo fuerte, histórico, de la investigación que hizo sobre Jesús y utiliza precisamente el verbo katechein, es decir, hacer catequesis. Ese Evangelio se convierte, por lo tanto, con su anuncio, en una catequesis para los bautizados. Luego, obviamente, tenemos las partes que introducen, poco a poco, a comprender cada vez más el papel de la catequesis. En primer lugar, la naturaleza de la catequesis y el papel del catequista, la formación que se le debe al catequista, sin olvidar que el obispo es el primer catequista. Para llegar después a nuestras familias, a todas esas situaciones que implican el conocimiento de los misterios de Jesucristo. No hace olvidar de una manera particular, me parece, a los obispos, que son los primeros destinatarios del Directorio, cuál es su función. Desde las catequesis de Cirilo de Alejandría hasta las de Ambrosio, desde las de Agustín hasta las de Ruffin de Aquilea, la catequesis era la tarea particular que los obispos siempre han entendido para ellos. Y así, a la luz de esto, el Directorio también entrega páginas importantes sobre la pedagogía, sobre la dimensión formativa y sobre todo sobre el reconocimiento de tantas situaciones que son actuales y nuevas en esta cultura global y que comprometen cada vez más a la Iglesia a una cercanía. ¿Cuál es la importancia de este documento en la renovación de la catequesis? R. – Nos permite ir un paso más allá. Desde el Concilio hasta hoy, por lo tanto, en más de 50 años, no olvidemos las «Catechesi tradendae» de Juan Pablo II con los dos Directorios que lo precedieron, es una continuidad, es una dinámica, es el intento hacer dar a la catequesis un paso más allá. Me parece que hay varias indicaciones en el nuevo Directorio que van en esta dirección. Lo primera es hacer todo lo posible para que la catequesis no se piense como una realidad sólo para niños o jóvenes. La catequesis abraza toda la vida de cada bautizado y de cada creyente, porque la catequesis, como encuentro con el Señor y participación en su misterio en nuestra vida personal, requiere también el esfuerzo de un conocimiento cada vez más profundo de lo que profesamos y
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